Lo de independiente en la derecha es ya una posición casi estratégica. Incluso la UDI se autodefinió como "independiente" y así reza su nombre. Gran cantidad de políticos y simpatizantes de derecha no militan en partidos, pero el efecto final es igual a que fuesen militantes. Para algunos es de buen tono decir que son independientes, que no son políticos o si es que lo son dicen: "vamos a crear nuevas formas de hacer política", es decir, toda una palabrería para ganarse la simpatía de los que recelan de la política.
Se dice que el gabinete nombrado recientemente por Piñera es muy técnico; es verdad, lo que pasa es que la elite actual toda es muy técnica. Así fueron también los gobiernos de la Concertación. En el fondo son los mismos de siempre extraídos de la elite. Los ministros de los gobiernos de la Concertación además de la expertise técnica tenían dominio político.
Así, pues, como se está observando, "gabinete técnico" parece que va a ser la nueva cantinela propagandística de la derecha. ¿Por qué?, porque al final las gestiones , los procesos, los hechos concretos, como siempre ha ocurrido lo hará el "perraje", los mandos medios, los que verdaderamente están en la "papa" misma y no el ministro; éste tiene su ámbito en las ideas generales, en las directrices, en la POLÍTICA en general. Además, ser ministro de lo que sea es un cargo eminentemente político, y es cierto que en algunas áreas se requiere más expertise, y por lo mismo la Concertación puso ministros con características técnicas pero también con dominio político en los ministerios que era necesario combinar esas dos características. Dependiendo de lo que se requiera en un momento dado, eso será el imperativo para elegir el perfil de un ministro. Recordemos que durante el gobierno de Eduardo Frei se nombró a Carlos Massad como ministro de salud, siendo este un economista y no un médico y la perfomance de éste fue bien evaluada.
La derecha últimanente se ha especializado en crear marcos mentales que los asientan en el imaginario de los chilenos a través de los medios que manejan y pautean el tapete noticioso. Tratan de enmarcar que ahora sí los ministerios estarán conformados por profesionales, especialistas, con títulos en el extranjero, como pretendiendo insinuar que en los gobiernos de la Concertación no ocurría tal condición, lo que es erróneo en la percepción que dejan en los chilenos.
El inevitable cuoteo también está presente en este gabinete. No es aleatoria la presencia de 4 UDI y 4 RN. Longueira viajó a santiago para "charchetear" a Coloma y levantarle las cejas con el ceño funcido a Piñera por la conformación del gabinete.También se nota la presencia del "amiguismo" en la nominación de los futuros ministros del gobierno de Piñera.
El que debe estar tirando disimuladamente un poco de chispas es Pablo Longueira, que junto a Ricardo Lagos debe ser uno de los mejores políticos en Chile. El senador UDI quería un ministerio social.
Para Joaquín Lavín este puede ser el salvavidas de plomo o el abrazo del oso. Si no hay un proyecto de cambio radical en la educación chilena, los ministros de educación se seguirán yendo por el despeñadero. Lavín puede ser un hombre muy capaz y bien intencionado, pero si no se vuelve a una educación pública como la tienen todos los países que van a la vanguardia en educación, nuestro país seguirá condenado al fracaso en esta importante área y sus ministros seguirán siendo una especie de fusibles. El presidente de RN, Carlos Larraín, quería en este ministerio a la actual ministra Mónica Jiménez.
Para la cartera de Trabajo nombran a una persona aparentemente independiente, Camila Merino Catalán, con un perfil muy técnico, en circunstancias que este ministerio siempre se ha caracterizado por la conflictividad con los sindicatos y entre éstos y el mundo empresarial. Da la impresión que Piñera o la derecha no quiere quemar a nadie de sus filas o de sus amistades. Esta nominación si que es bastante extraña.
Lo de Ravinet, tal como dice Carlos Peña en el diario El Mercurio, es un tema para "bucear en los meandros de su personalidad". En todo caso se han visto muertos cargando adobes.
Es un hecho visible que Sebastián Piñera deseaba -o desea- gobernar con la mejor síntesis política-cultural de la historia de Chile, es decir, con la Concertación. Ese es el deseo íntimo y a estas alturas evidente de del ex DC y ahora presidente electo, pues valora la obra de la Concertación en estos 20 años de gobierno que le ha dado a Chile un innegable progreso. Y esto sí que es contradictorio, porque durante la contienda electoral el imperativo propagandístico de Piñera era desacreditar a la Concertación, no obstante que él sabía que estaba haciendo un juego politiquero de campaña. Recordemos lo que decían: "...son una manga de flojos, ladrones e ineficientes..."
El temor de los dirigentes de la Concertación puede ser la tentación de algunos ante la ofertas de cargos que en cierto modo podría implicar "venderse" pasando por encima de las diferencias en los intereses, convicciones, ideologías y visones de la sociedad entre derecha y Concertación.
Pero hay que hacer hincapié que Piñera entre muchos otros quería a Foxley, Mariana Alwyn, Arellano, Cortázar, Walker, Burgos, Juan Gabriel Valdés, personal de cancillería... en fin muchos más de menor resonancia pero ligados a la Concertación y que probablemente aparezcan en cargos de menor jerarquía a lo largo de Chile en esta nueva administración gubernamental.
Se dice que el gabinete nombrado recientemente por Piñera es muy técnico; es verdad, lo que pasa es que la elite actual toda es muy técnica. Así fueron también los gobiernos de la Concertación. En el fondo son los mismos de siempre extraídos de la elite. Los ministros de los gobiernos de la Concertación además de la expertise técnica tenían dominio político.
Así, pues, como se está observando, "gabinete técnico" parece que va a ser la nueva cantinela propagandística de la derecha. ¿Por qué?, porque al final las gestiones , los procesos, los hechos concretos, como siempre ha ocurrido lo hará el "perraje", los mandos medios, los que verdaderamente están en la "papa" misma y no el ministro; éste tiene su ámbito en las ideas generales, en las directrices, en la POLÍTICA en general. Además, ser ministro de lo que sea es un cargo eminentemente político, y es cierto que en algunas áreas se requiere más expertise, y por lo mismo la Concertación puso ministros con características técnicas pero también con dominio político en los ministerios que era necesario combinar esas dos características. Dependiendo de lo que se requiera en un momento dado, eso será el imperativo para elegir el perfil de un ministro. Recordemos que durante el gobierno de Eduardo Frei se nombró a Carlos Massad como ministro de salud, siendo este un economista y no un médico y la perfomance de éste fue bien evaluada.
La derecha últimanente se ha especializado en crear marcos mentales que los asientan en el imaginario de los chilenos a través de los medios que manejan y pautean el tapete noticioso. Tratan de enmarcar que ahora sí los ministerios estarán conformados por profesionales, especialistas, con títulos en el extranjero, como pretendiendo insinuar que en los gobiernos de la Concertación no ocurría tal condición, lo que es erróneo en la percepción que dejan en los chilenos.
El inevitable cuoteo también está presente en este gabinete. No es aleatoria la presencia de 4 UDI y 4 RN. Longueira viajó a santiago para "charchetear" a Coloma y levantarle las cejas con el ceño funcido a Piñera por la conformación del gabinete.También se nota la presencia del "amiguismo" en la nominación de los futuros ministros del gobierno de Piñera.
El que debe estar tirando disimuladamente un poco de chispas es Pablo Longueira, que junto a Ricardo Lagos debe ser uno de los mejores políticos en Chile. El senador UDI quería un ministerio social.
Para Joaquín Lavín este puede ser el salvavidas de plomo o el abrazo del oso. Si no hay un proyecto de cambio radical en la educación chilena, los ministros de educación se seguirán yendo por el despeñadero. Lavín puede ser un hombre muy capaz y bien intencionado, pero si no se vuelve a una educación pública como la tienen todos los países que van a la vanguardia en educación, nuestro país seguirá condenado al fracaso en esta importante área y sus ministros seguirán siendo una especie de fusibles. El presidente de RN, Carlos Larraín, quería en este ministerio a la actual ministra Mónica Jiménez.
Para la cartera de Trabajo nombran a una persona aparentemente independiente, Camila Merino Catalán, con un perfil muy técnico, en circunstancias que este ministerio siempre se ha caracterizado por la conflictividad con los sindicatos y entre éstos y el mundo empresarial. Da la impresión que Piñera o la derecha no quiere quemar a nadie de sus filas o de sus amistades. Esta nominación si que es bastante extraña.
Lo de Ravinet, tal como dice Carlos Peña en el diario El Mercurio, es un tema para "bucear en los meandros de su personalidad". En todo caso se han visto muertos cargando adobes.
Es un hecho visible que Sebastián Piñera deseaba -o desea- gobernar con la mejor síntesis política-cultural de la historia de Chile, es decir, con la Concertación. Ese es el deseo íntimo y a estas alturas evidente de del ex DC y ahora presidente electo, pues valora la obra de la Concertación en estos 20 años de gobierno que le ha dado a Chile un innegable progreso. Y esto sí que es contradictorio, porque durante la contienda electoral el imperativo propagandístico de Piñera era desacreditar a la Concertación, no obstante que él sabía que estaba haciendo un juego politiquero de campaña. Recordemos lo que decían: "...son una manga de flojos, ladrones e ineficientes..."
El temor de los dirigentes de la Concertación puede ser la tentación de algunos ante la ofertas de cargos que en cierto modo podría implicar "venderse" pasando por encima de las diferencias en los intereses, convicciones, ideologías y visones de la sociedad entre derecha y Concertación.
Pero hay que hacer hincapié que Piñera entre muchos otros quería a Foxley, Mariana Alwyn, Arellano, Cortázar, Walker, Burgos, Juan Gabriel Valdés, personal de cancillería... en fin muchos más de menor resonancia pero ligados a la Concertación y que probablemente aparezcan en cargos de menor jerarquía a lo largo de Chile en esta nueva administración gubernamental.
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