Enfoques

Ante la plétora de personajes que están siendo acusados por acoso sexual, q uizás debiera hacerse un borrón y cuenta nueva en estos casos  o ser más indulgente con los potenciales acosadores, ya que hasta solo ayer se aceptaba culturalmente que el jefe tuviera cierto privilegio para acceder a los placeres sexuales a disposición en sexo femenino. Todos, cuan más o cuan menos, suponíamos que esa conducta sexual era inexorablemente la que se debía adoptar según el estrato jerárquico social o laboral que uno se encuentre. Y por el lado femenino estaba de facto tolerado el "derecho a placeres sexuales" del jefe o superior jerárquico. Este contexto era solo ayer, aunque su reproche estaba latente en muchas mujeres, no existía una manifestación en contra de la costumbre cultural de aprovechar el cargo para satisfacer deseos sexuales con bellas y atractivas mujeres que también estarían dispuestas a esta interacción. Pero hoy todo cambió. Miradas lascivas, "piropos"