En octubre del 2011 el querido Hernán "Clavito " Godoy sorprendió al medio futbolístico con el lanzamiento de su libro "Un clavo saca otro clavo". "Clavito" no deja de sorprender, pues pocos lo asociaban a la potencial faceta intelectual del otrora goleador que no tiene empacho en decir que no le iba en zaga al mismísimo Iván Zamorano.
Tuve la oportunidad de conocer a Hernán Godoy cuando dirigía a Club de Deportes Arica en el primer lustro de los 90, cuando Carlos Ferry comandaba el club. Y la posición que tuve para conocerlo quizás es un poco privilegiada, pues cuando "Clavito" era técnico de Arica tenía su residencia en el Hotel Saint Gregory y posteriormente en el hotel Los Hibiscos, ambos de propiedad en ese entonces del empresario ariqueño Andrés Pavisic. Esas fueron sus casas. En aquella época trabajaba como recepcionista de los citados hoteles. Incluso conoció a dos de mis hijos que eran muy pequeños. Lo más probable es que Hernán Godoy casi ni se acuerde, pero guardo un grato recuerdo de él. Muy sereno, muy paciente, y en más de un a oportunidad disfruté junto a mi familia de los partidos de Deportes Arica o de la selección por la gentileza de "Clavito" Godoy.
Una de las cosas que más me llamó la atención del casi legendario "Clavito", fue su infinita paciencia, serenidad y respeto por todos los que trabajábamos en el hotel. Y esto es curioso porque "Clavito" en la cancha es muy pasional y no muestra mucha paciencia cuando es provocado. Después de cada partido -en Arica por lo general se realizan los días sábado en la noche- "Clavito" llegaba con la tranquilidad habitual perdiera o ganase, pues la catarsis del partido le otorgaba esa serenidad que para algunos sería increíble reconocer. Y si es que la noche era victoriosa -quizás con algún wiscacho en el cuerpo- más tranquilo y alegre se notaba.
En más de una oportunidad Hernán Godoy tenía que esperar largo rato cuando solicitaba algún requerimiento alimentario y jamás mostró prepotencia ni mala educación conmigo... me llamaba por los teléfonos internos y con su inconfundible voz me decía: "amigo mío...", era habitual que así me llamara y con mucha asertividad pedía de nuevo lo solicitado. Sólo una vez pensé que "Clavito" iba a perder la paciencia cuando por una torpeza mía en cierta forma lo delaté porque él me había encomendado que no quería que supieran que estaba en el hotel; no obstante, una de sus hijas llamó y en un cazalobo (así me dijo el querido técnico) lo dejé en evidencia lo que me hizo sentir tremendamente culpable.
Hernán Godoy me comentaba que la ciudad, el maravilloso clima de Arica le había hecho muy bien para la artrosis -lo mismo que tiene Alberto Fouillioux en las caderas- que sufría en los tobillos, consecuencia de las reiteradas infiltraciones que se sometían los futbolistas de antaño. "Clavito" me contaba que había jugado en Unión Magdalena, en Colombia, y también en Centroamérica.
El agudo técnico se perfeccionó en Francia, y en otra de sus gracias lo hizo en el idioma de ese país, ya que Hernán Godoy es profesor de francés. Son varios los técnicos que han ido a Europa: el mencionado "Clavito", Pellegrini, Salah, Fouillioux, Bonvallet, Ignacio Prieto entre otros.
En otra de sus facetas, más frívolas, es el tremendo éxito que el técnico y ex jugador tenía en el sexo opuesto. Jóvenes y no tan jóvenes podían ser seducidas por el carismático "Clavito". Recuerdo que gustaba de la cantante mexicana Ana Gabriel y le gustaba escucharla cuando la atmósfera eventual lo ameritaba.
Sin duda que Hernán "Clavito" Godoy va a dar en el clavo con su libro, pues es un tipo agudo, claro, directo, divertido y con variadas anécdotas en su carrera futbolística en Chile, Colombia y Centroamérica.
Tuve la oportunidad de conocer a Hernán Godoy cuando dirigía a Club de Deportes Arica en el primer lustro de los 90, cuando Carlos Ferry comandaba el club. Y la posición que tuve para conocerlo quizás es un poco privilegiada, pues cuando "Clavito" era técnico de Arica tenía su residencia en el Hotel Saint Gregory y posteriormente en el hotel Los Hibiscos, ambos de propiedad en ese entonces del empresario ariqueño Andrés Pavisic. Esas fueron sus casas. En aquella época trabajaba como recepcionista de los citados hoteles. Incluso conoció a dos de mis hijos que eran muy pequeños. Lo más probable es que Hernán Godoy casi ni se acuerde, pero guardo un grato recuerdo de él. Muy sereno, muy paciente, y en más de un a oportunidad disfruté junto a mi familia de los partidos de Deportes Arica o de la selección por la gentileza de "Clavito" Godoy.
Una de las cosas que más me llamó la atención del casi legendario "Clavito", fue su infinita paciencia, serenidad y respeto por todos los que trabajábamos en el hotel. Y esto es curioso porque "Clavito" en la cancha es muy pasional y no muestra mucha paciencia cuando es provocado. Después de cada partido -en Arica por lo general se realizan los días sábado en la noche- "Clavito" llegaba con la tranquilidad habitual perdiera o ganase, pues la catarsis del partido le otorgaba esa serenidad que para algunos sería increíble reconocer. Y si es que la noche era victoriosa -quizás con algún wiscacho en el cuerpo- más tranquilo y alegre se notaba.
En más de una oportunidad Hernán Godoy tenía que esperar largo rato cuando solicitaba algún requerimiento alimentario y jamás mostró prepotencia ni mala educación conmigo... me llamaba por los teléfonos internos y con su inconfundible voz me decía: "amigo mío...", era habitual que así me llamara y con mucha asertividad pedía de nuevo lo solicitado. Sólo una vez pensé que "Clavito" iba a perder la paciencia cuando por una torpeza mía en cierta forma lo delaté porque él me había encomendado que no quería que supieran que estaba en el hotel; no obstante, una de sus hijas llamó y en un cazalobo (así me dijo el querido técnico) lo dejé en evidencia lo que me hizo sentir tremendamente culpable.
Hernán Godoy me comentaba que la ciudad, el maravilloso clima de Arica le había hecho muy bien para la artrosis -lo mismo que tiene Alberto Fouillioux en las caderas- que sufría en los tobillos, consecuencia de las reiteradas infiltraciones que se sometían los futbolistas de antaño. "Clavito" me contaba que había jugado en Unión Magdalena, en Colombia, y también en Centroamérica.
El agudo técnico se perfeccionó en Francia, y en otra de sus gracias lo hizo en el idioma de ese país, ya que Hernán Godoy es profesor de francés. Son varios los técnicos que han ido a Europa: el mencionado "Clavito", Pellegrini, Salah, Fouillioux, Bonvallet, Ignacio Prieto entre otros.
En otra de sus facetas, más frívolas, es el tremendo éxito que el técnico y ex jugador tenía en el sexo opuesto. Jóvenes y no tan jóvenes podían ser seducidas por el carismático "Clavito". Recuerdo que gustaba de la cantante mexicana Ana Gabriel y le gustaba escucharla cuando la atmósfera eventual lo ameritaba.
Sin duda que Hernán "Clavito" Godoy va a dar en el clavo con su libro, pues es un tipo agudo, claro, directo, divertido y con variadas anécdotas en su carrera futbolística en Chile, Colombia y Centroamérica.
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