El cambio de la palabra "dictadura" por "régimen militar" en la malla curricular de la enseñanza del ramo de historia en los escolares de 6º básico propuesto por la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación desató bastante polémica, situación que ya comienza a ser habitual en este gobierno en que la derecha clásica quiere sacar la voz y no esconder su identidad. Cosa que está bien, pero que al gobierno de Piñera le está provocando problemas internos.
Loreto Fontaine, coordinadora nacional de la unidad, defiende la medida y señala: “El cambio es de índole más general. No se refiere sólo a una palabra sino a enseñar a pensar”.
El objetivo de aprendizaje de las nuevas bases dice así: “Comparar diferentes visiones sobre el quiebre de la democracia en Chile, el régimen militar y el proceso de recuperación de la democracia a fines del siglo XX, considerando los distintos actores, experiencias y puntos de vista, y el consenso actual con respecto al valor de la democracia”.
Fontaine explica por qué se prefirió usar la palabra régimen en vez de dictadura: “Se usó una palabra más general justamente porque el objetivo apunta a mostrar que puede haber diferentes puntos de vista y experiencias”, dice sobre el periodo liderado por Augusto Pinochet. “Las bases curriculares no son un listado de palabras permitidas o prohibidas sino una invitación a pensar y a usar cualquier palabra, siempre que las ideas estén bien fundamentadas”.
El tratar de cambiar la expresión dictadura por régimen militar obedece a la idea de la derecha de querer imponer -aunque sea a "machotes", y de hecho, cuando gobernaron, sus canales comunicacionales crearon una terminología que negaba todo lo que después se supo- su fantasía política (así como existen las fantasías eróticas). ¿Cuál es esa fantasía política?: La de pretender enmarcar en la historia de Chile que su gobierno de 17 años salvó a nuestro país y que Augusto Pinochet fue el gran gobernante que que lideró esa gesta epifánica. Lo que claramente está muy lejos de ser realidad.
Ese gobierno de 17 años no fue en estricto rigor un régimen militar, pues su conformación estuvo compuesta además por civiles que le dieron sustento ideológico (Jaime Guzmán fue fundamental). Después del golpe militar, Jaime Guzmán plasmó en la práctica lo que siempre había pensado y que tenía un claro tinte fascista: a los marxistas hay que aplicarle toda la energía posible, porque esto no se puede transformar en una dictablanda; con este ánimo llegaba al poder el autor de la constitución del 80. Pero él no midió las consecuencias que traería su frenético anticomunismo: la masacre más criminal en contra de compatriotas nuestros. Fue una dictadura en el sentido universal que tiene hoy día esa expresión, es decir, fue un gobierno que concentró todo el poder y reprimió los derecho humanos y libertades individuales. Esto fue así desde el mismo día del golpe de Estado; quien no lo vea así es porque es un cínico o es completamente hueón. Jamás me he tragado eso de que "no sabíamos lo que ocurría", "si hubiese sabido habría reprochado a Pinochet". Todos sabíamos que se estaban faenando a chilenos.
Pero ese gobierno fue más que una dictadura, más se asemejaba a una tiranía, es decir, un régimen en que el poder, la fuerza o superioridad se impuso en un grado extraordinario. Lo más propio sería llamarle régimen criminal para diferenciarlo de las dictaduras tradicionales, pues durante ese gobierno oprobioso se montó planificadamente una maquinaria para asesinar, torturar, exiliar, desterrar, exonerar y hacer desaparecer a chilenos por el hecho de pensar diferente. Terrorismo de Estado.
No cabe la menor duda que estuvimos gobernados por criminales, sicópatas, fanáticos, anticomunistas que hasta el día de hoy ven como una suerte de epifanía la masacre más brutal que haya ocurrido en contra de compatriotas en la historia de Chile.
Sé que cuesta hablar de este tema porque a algunos quisieran borrar o "alterar" los hechos históricos. También muchos amigos me han planteado que mi visión del tema es muy parcial, y puede ser cierto, no me hago el imparcial, hablo desde una perspectiva pero no invento, y creo que en política no existe la neutralidad o el centro, menos en un tema de derechos humanos como lo ocurrido en Chile en su historia reciente. Lo importante es que como país aprendamos a ser más asertivos y decir las cosas como son.
Sé que cuesta hablar de este tema porque a algunos quisieran borrar o "alterar" los hechos históricos. También muchos amigos me han planteado que mi visión del tema es muy parcial, y puede ser cierto, no me hago el imparcial, hablo desde una perspectiva pero no invento, y creo que en política no existe la neutralidad o el centro, menos en un tema de derechos humanos como lo ocurrido en Chile en su historia reciente. Lo importante es que como país aprendamos a ser más asertivos y decir las cosas como son.
Costó mucho que en nuestro país se comenzara hablar de dictadura, pues los dos únicos diarios del país que fueron, son y serán voceros de la derecha -que históricamente han tratado de pautear la agenda noticiosa- aún se refieren como régimen militar a un gobierno que fue más que una dictadura y que causó mucho dolor entre los chilenos.
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