En política nadie muere... son como esos monos porfiado que aunque le des en el blanco igual se
levantan. Además, se agrega la falta de educación cívica o interés de gran parte de los chilenos por entender los procesos políticos y las visiones de sociedad que los sectores políticos tienen, lo que es un terreno fértil para jugar o aprovechar las imágenes de los candidatos (marketing político), como claramente sucedió con Golborne a raíz del rescate de los mineros. El exgerente de Cancosud llegó a tener un 91% de popularidad por ese hecho.
Para la UDI y Golborne, el dictamen de la Corte Suprema que podría costarle al holding de Horst Paulmann US$ 70.000 millones, -a la larga- solo será un episodio, difícil de explicar a la ciudadanía, porque delata la intrínseca de la derecha: es decir, la defensa y apoyo hacia las AFP, Isapres, retail, Farmacias, Bancos, lucro en educación, gran empresariado... pero no creo que la carrera presidencial quede abortada. También no creo que el abuso de Cencosud, del cual Golborne fue un engranaje fundamental para idear prácticas anticonsumidores, no haya sido evaluado en la decisión de levantarlo como candidato presidencial. Y si no lo hicieron es porque confían en el nulo sentido crítico y desinformación de los chilenos frente a estos actos.
No cabe duda que Golborne es un winner dentro del mundo del retail en el cual se desempeñó como gerente general de Cancosud y cuya tarea fundamental de todos los días consistía en analizar fórmulas de cómo poner en práctica procedimientos anticonsumidores para obtener más ganancias para sus patrones.
Golborne representa en cierta forma el prototipo de individuo o sociedad implícita en la filosofía de la derecha. Lo presentan como el tipo de clase media que se forjó solo, que venía de abajo, que con esfuerzo personal ha logrado el éxito, que de simple empleado llega a ser gerente de Cencosud hasta lo que es ahora. O sea, para nada necesitó al Estado ni educación gratis ni cosas por el estilo que se demandan fuertemente hoy día por los chilenos. Además, es obediente, no reclama, es funcional para ser instrumento del poder económico, al modo de lo que hizo en Cencosud. No importa que no haya tenido un pasado político y no sea el arquetipo de la UDI, no importa que sea agnóstico, no importa que no tenga contenido, no importa que un familiar suyo haya sido víctima de la dictadura, no importa que sea casado por segunda vez, no importa que siendo gerente general de Jumbo esta empresa haya efectuado prácticas anticonsumidores; lo que le importa a la derecha es que va a segur siendo una carta objetivamente viable para una competición presidencial y, en la eventualidad de ganarla, sería mucho más manejable que un Sebastián Piñera.
Allamand, a raíz de lo sucedido cree encontrar un flanco por donde posicionarse por encima de Golborne y de parecer distinto, aunque no obstante en el fondo son lo mismo; pero el exgerente de Cencosud finalmente será el candidato de la derecha, porque a la hora que los precandidatos tengan que pasar el platillo (financiamiento de campaña), el gran empresariado sin lugar a dudas se la dará al exministro de Minería, ya que es más funcional a la filosofía neoliberal que Allamand y, porque además, ha demostrado que es un obediente y servicial funcionario de los que están instalados en las estructuras de poder en Chile.
Para Chile el problema no es el desaguisado que está ocurriendo en la derecha, ni tampoco Golborne ni la UDI, ni la dirigencia de la derecha chilena, sino los incautos, los que no se informan, los despistado de siempre que creyendo que apoyando al exgerente de Cencosud las demandas ciudadanas hoy en boga van a ser acogidas por quienes precisamente defienden un modelo -como Golborne- que benefiacia a unos pocos (Bancos, AFP, Isapres, retail, Farmacias, gran empresariado, etc.) en desmedro de las mayorías a través de un Estado ausente y con escasas medidas regulatorias, como es la filosofía que la derecha ha pregonado en los últimos años y que incluso ha llevado a que se lucre en las universidades.
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Corte Suprema condena a Cencosud
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Para la UDI y Golborne, el dictamen de la Corte Suprema que podría costarle al holding de Horst Paulmann US$ 70.000 millones, -a la larga- solo será un episodio, difícil de explicar a la ciudadanía, porque delata la intrínseca de la derecha: es decir, la defensa y apoyo hacia las AFP, Isapres, retail, Farmacias, Bancos, lucro en educación, gran empresariado... pero no creo que la carrera presidencial quede abortada. También no creo que el abuso de Cencosud, del cual Golborne fue un engranaje fundamental para idear prácticas anticonsumidores, no haya sido evaluado en la decisión de levantarlo como candidato presidencial. Y si no lo hicieron es porque confían en el nulo sentido crítico y desinformación de los chilenos frente a estos actos.
No cabe duda que Golborne es un winner dentro del mundo del retail en el cual se desempeñó como gerente general de Cancosud y cuya tarea fundamental de todos los días consistía en analizar fórmulas de cómo poner en práctica procedimientos anticonsumidores para obtener más ganancias para sus patrones.
Golborne representa en cierta forma el prototipo de individuo o sociedad implícita en la filosofía de la derecha. Lo presentan como el tipo de clase media que se forjó solo, que venía de abajo, que con esfuerzo personal ha logrado el éxito, que de simple empleado llega a ser gerente de Cencosud hasta lo que es ahora. O sea, para nada necesitó al Estado ni educación gratis ni cosas por el estilo que se demandan fuertemente hoy día por los chilenos. Además, es obediente, no reclama, es funcional para ser instrumento del poder económico, al modo de lo que hizo en Cencosud. No importa que no haya tenido un pasado político y no sea el arquetipo de la UDI, no importa que sea agnóstico, no importa que no tenga contenido, no importa que un familiar suyo haya sido víctima de la dictadura, no importa que sea casado por segunda vez, no importa que siendo gerente general de Jumbo esta empresa haya efectuado prácticas anticonsumidores; lo que le importa a la derecha es que va a segur siendo una carta objetivamente viable para una competición presidencial y, en la eventualidad de ganarla, sería mucho más manejable que un Sebastián Piñera.
Allamand, a raíz de lo sucedido cree encontrar un flanco por donde posicionarse por encima de Golborne y de parecer distinto, aunque no obstante en el fondo son lo mismo; pero el exgerente de Cencosud finalmente será el candidato de la derecha, porque a la hora que los precandidatos tengan que pasar el platillo (financiamiento de campaña), el gran empresariado sin lugar a dudas se la dará al exministro de Minería, ya que es más funcional a la filosofía neoliberal que Allamand y, porque además, ha demostrado que es un obediente y servicial funcionario de los que están instalados en las estructuras de poder en Chile.
Para Chile el problema no es el desaguisado que está ocurriendo en la derecha, ni tampoco Golborne ni la UDI, ni la dirigencia de la derecha chilena, sino los incautos, los que no se informan, los despistado de siempre que creyendo que apoyando al exgerente de Cencosud las demandas ciudadanas hoy en boga van a ser acogidas por quienes precisamente defienden un modelo -como Golborne- que benefiacia a unos pocos (Bancos, AFP, Isapres, retail, Farmacias, gran empresariado, etc.) en desmedro de las mayorías a través de un Estado ausente y con escasas medidas regulatorias, como es la filosofía que la derecha ha pregonado en los últimos años y que incluso ha llevado a que se lucre en las universidades.
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