
Franco Parisi es ingeniero comercial de la Universidad de Chile, con un doctorado en administración y finanzas en la Universidad de Georgia, Estado Unidos. Posteriormente, regresa a Chile incorporándose a la Universidad de Chile como Profesor en la Facultad de Economía y Negocios donde se desempeñó como Decano (s) y Vicedecano. Fue decano del IEDE, Escuela de Negocio de la Universidad Europea de Madrid.
Parisi apareció en esfera pública como el profesor que a través de los medios, en especial la televisión farandulera, enseñaba didácticamente a los chilenos cómo eran abusados por el poder económico. Para las estructuras de poder nacional, el economista aparecía como inofensivo, pues siempre estuvo involucrado desde su expertise a asesorar al gran empresariado chileno. Piñera , Lucksic, entre otros, fueron conocedores de los consejos profesionales del economista. Además, sus inicios mediáticos se remontan a un programa en radio El Conquistador en donde daba consejos financieros al mundo empresarial y al segmento social que escucha esa radio compuesta principalmente por estamentos ABC1.
Su boom mediático popular fue en el programa de Kike Morandé en el canal Mega, y en SLB con Julio César Rodríguez en un canal de la televisión por cable. En estos programas Franco y su hermano Antonino Parisi tuvieron un gran aula que les permitió explicar de manera entretenida y comprensible para los chilenos el escándalo financiero de la Polar, por ejemplo. Dos doctores en finanzas le explicaban a la señora Juanita cómo el retail, las farmacias, los bancos, isapres, AFP... abusaban de los angustiados consumidores chilenos. Cómo desmitificaban los serios y alarmante pronósticos negativos de los economistas del establishment acerca del devenir económico futuro de Chile. Su frase característica fue: "los chilenos estamos forrados", haciendo alusión al gran capital acumulado por nuestro país en los últimos años, que podrían solventar políticas económicas más audaces que beneficiaren a mayor número de chilenos. De este modo los hermanos Parisi se fueron convirtiendo en una potencial amenaza para el poder económico dominante en Chile. Y vino lo que se sospechaba: la censura. Fue fácil hacerlo. Al Kike le dieron la orden de cortarlos, se les cerraron las puertas de los canales y radios, se acabaron los tours por los diferentes canales de la tv chilena y su participación ya no era en programas con alto pic de audiencia. Tampoco eran los demandados asesores de antes, todo lo contrario, el gran empresariado, lisa y llanamente, los tiene vetado.
No obstante, Franco Parisi entusiasmado con el inesperado pero masivo apoyo de los chilenos que lo vieron por televisión, emprendió una carrera política y se postuló como candidato presidencial independiente, prescindiendo de los partido políticos y logrando juntar las firmas exigibles para materializar su candidatura presidencial.
Su perfomance electoral también ha sido sorpresiva, tanto es así que la encuesta de la Universidad Diego Portales en el segmento de los votantes seguros (correspondiente a un 58,2%), es decir, aquellos que acudirán a las urnas en noviembre le asigna un 11,5% pisándole los talones a Evelyn Mathei 15,2%, detrás de Michelle Bachelet 45,4%. Este contexto muestral encendió las alarmas de la candidata de la derecha dura: la Evelyn.
El escenario de una derecha relegada aun tercer lugar era un fenómeno impensado hace unos meses atrás, pero en la actualidad es perfectamente factible la irrupción de Franco Parisi como el candidato que pase a la segunda vuelta. Sería realmente catastrófico para la Evelyn y la derecha una situación así. Por lo tanto, había que "entrar a picar", y probablemente explique la arremetida de Evelyn Mathei en contra de Parisi. La candidata de la derecha retoma su estilo clásico (caso de la radio grabadora kioto y caso drogas en el Congreso, para tener de referencias). Al parecer su principal preocupación no es alcanzar a Michelle Bachelet, sino, no perder el porcentaje de votos actual que tiene en manos de un Parisi cada vez más triunfante en las encuestas. Por lo menos, Evelyn Mathei, espera un segundo lugar no tan indigno en materia de sufragios a favor.
Si bien Parisi no postula a un cambio radical de modelo como lo haría Marcel Claude, sí señala claramente deficiencias del modelo que han incidido en el descontento de los chilenos. Señala que son necesarios los cambios constitucionales, una reforma tributaria es necesaria, cambios al sistema previsional, mayor regulación de la Isapres, eliminar el FUT, potenciar la educación pública, disminuir las tasas de interés bancarias consideradas abusivas (no más de un 30% anual), establecer un sueldo mínimo piso de $250.000 que coincide con el planteamiento de la CUT.
Después de conocerse los resultados de la encuesta de la UDP y las conclusiones tácitas del empresariado reunido en ENADE, Parisi ya no cae simpático en la derecha, incluso algunos consideraban como caudal de votos cautivos, en favor de Evelyn Mathei, al electorado del economista en una eventual segunda vuelta electoral, pues Franco Parisi siempre fue rotulado "como de derecha" por sus contendores políticos, no obstante las diferencias con la derecha ortodoxa.
¿Qué pasará con Parisi más allá de esta elección presidencial? Es difícil responder a esa interrogante, pues el presidenciable ha utilizado uno de los recursos más populistas en la actualidad: decir que no es político, situarse en una inexistente neutralidad política para aparecer como independiente de todo y atacar duramente a los partidos políticos tradicionales. Este discurso no tiene sustento en el largo plazo porque inexorablemente una persona que postula a un cargo presidencial no puede fustigar a los políticos con que eventualmente tendría que gobernar y relacionarse. Si Parisi decide continuar en política tendrá que renegar, en la práctica, de su actual discurso de asepsia política, pues vendrán los Horvath, los Zalaquet... en fin, todos los animales políticos que ahora son blanco de diatribas del economista. El discurso antipolítico ha sido uno de sus principales atractivos para capturar adherentes, pero también se puede convertir en el elemento que inhibiere a Franco Parisi de un proyecto político más formal, si es que el gustito por la política lo atrapa.
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