El fallo Político de la CIJ en la Demanda Marítima Boliviana

Los bolivianos fueron muy astutos para plantear la demanda en contra de Chile en la Corte de la Haya (CIJ), aduciendo derechos expectaticios que generarían un ambiente concreto por los ofrecimientos hechos por Chile durante años en el tema marítimo, desde Domingo Santa María hasta Augusto Pinochet Pinochet, pasando por el ofrecimiento de puerto propuesto por Lagos al sur de Iquique, el enclave al sur de Arica en las cercanías de Camarones que Bachelet propuso a Bolivia y la propuesta de Piñera al norte de Arica, similar al ofrecimiento de Pinochet. Hace unos 10 años era impensable, una extravagancia, plantear una demanda boliviana, sin embargo, hoy , 2015, Bolivia logró que la CIJ dijera que tiene competencia en el caso. Chile se escuda en que se acotó la demanda boliviana en el sentido sólo de acoger la petición boliviana y que no obliga a Chile a ceder soberanía. Sin embargo, lo que podría venir a futuro, es que la CIJ obligue a Chile a negociar el tema marítimo, y así sucesivamente Bolivia iría escalando, con la habilidad demostrada hasta ahora, la forma de llegar a lo que es su objetivo final y mandato de la constitución boliviana del 2009: tener acceso soberano al mar. Si la Haya consideró que tiene competencia para acoger la solicitud boliviana, es porque también puede obligar a Chile a negociar el tema marítimo con Bolivia, y eventualmente señalar, proponer, aconsejar una forma de lograr terminar con la mediterraneidad boliviana.

Chile es un país que tiene la característica de ser extremadamente legalista, y por eso existía mucha confianza en un fallo favorable a nuestro país; sin embargo, la CIJ en su sentencia se ha atribuido jurisdicción sobre un tema que no le incumbe juzgar por estar resuelto por el Tratado de Paz de 1904 y que, además, no puede conocer porque el artículo VI del  Pacto de Bogotá de 1948  señala el impedimento de pronunciarse sobre acuerdos anteriores a esa fecha a juzga. La sentencia no gustó en Chile y cundió la idea que la Corte falla también por consideraciones políticas y creativamente redacta peculiares decisiones como lo demuestran los fallos de las demandas peruana y boliviana que han afectado a Chile. Esto ha dado pábulo para que Chile rearme una campaña comunicacional afín de dar a conocer la versión de nuestro país, en circunstancia que Bolivia en cierto modo se ha mostrado como un país disminuido por la supuesta usurpación que ha hecho Chile.

  

Para rearmar la campaña comunicacional, los chilenos tenemos que salir de la trampa que nos ha tendido Bolivia: hemos asumidos como cierto el marco histórico que ellos han implantado comunicacionalmente. Los Bolivianos parten de un falso dilema que de tanto repetirlo han convencido a todo el mundo de que es verdad. Me refiero a la autovictimización que hacen comunicacionalmente al sostener descaradamente que Chile les robó territorio después de la Guerra del Pacífico, cercenando un supuesto territorio con salida al mar; y lo que ocurrió realmente es que Chile recuperó territorio que el país altiplánico de facto había ocupado en la actual Región de Antofagasta. Chile tiene que decir, comunicacionalmente, que jamás robó territorio a Bolivia, sino recuperó la jurisdicción de la actual Región de Antofagasta al término de la Guerra del Pacífico, y que es necesario

decirle a los jueces de la Haya que fue declarada por Bolivia el 1 de marzo de 1879 después de incumplir el tratado limítrofe de 1874 con nuestro país. Por lo tanto, para Chile no es ninguna obligación regalar, vender, arrendar o lo que fuere, territorio a Bolivia.

Fue muy sintomático que los jueces de la CIJ hayan dicho que Chile le declaró la guerra a Bolivia, lo que es totalmente equivocado. Es como para tomarse una idea y suponer que los jueces de la Haya les falta interiorizarse una enormidad con lecturas fidedignas de los hechos históricos de la Guerra del Pacífico, y no con las falsedades y errores que nos tiene acostumbrado Evo en sus públicas declaraciones respecto a la historia de este conflicto.

Chile también tiene que insistir respecto de las facilidades que le ha dado a Bolivia para usar los puertos de Arica y Antofagasta, permitiendo al país altiplánico comerciar y no entorpecer su desarrollo.

El tema marítimo en nuestro país tiene diversas opiniones. Algunos soslayan el intento mas palmario, decidido y concreto de cederle una franja territorial con salida soberana al mar a Bolivia. Me refiero a la propuesta del General Pinochet, que no es original, ya que desde Domingo Santa María se han intentado soluciones de la mediterraneidad Boliviana. El  general  Pinochet efectivamente ofreció mar con soberanía a Bolivia; si bien en la coyuntura de entonces fue una estrategia el famoso abrazo de Charaña, a largo plazo era lo que se quería: terminar definitivamente con este problema de la mediterraneidad boliviana y por eso se ofrece al norte de Arica un corredor con acceso soberano al mar. En el fondo es un tema geopolítico. Esta tesis está muy arraigada en el ejército de Chile, tanto es así que el excomandante en jefe Juan Emilio Cheyre es partidario de darle mar soberano a Bolivia; hay empresarios, analistas, políticos... que también acogen la tesis. Y la principal razón viene de la posibilidad de la posibilidad de obtener recursos energéticos e hídricos que nuestro país necesita con urgencia para sostener un desarrollo viable. El PIB del país se resiente por la carencia de recursos energéticos ante ventajas comparativas de otros países. Tenemos la electricidad mas cara de la OCDE y una de las mas caras de Latinoamérica