La UDI es un partido que fue fundado el 24 de septiembre de 1983, y sus fundadores fueron: Jaime Guzmán, Sergio Fernández, Javier Leturia, Guillermo Elton, Pablo Longueira y Luis Cordero. En todo caso su génesis se remonta hacia la década del 70 en donde Jaime Guzmán aparece como líder del movimiento gremialista -así se denominó en sus inicios- en la Universidad Católica. Guzmán, después del golpe militar de 1973, se convierte en el ideólogo de la dictadura de Pinochet y de este modo ve facilitado el camino para fundar lo que actualmente se conoce como la Unión Demócrata Independiente (UDI). Su intención era tener un partido que se fundara en un triple perfil: popular, de inspiración cristiana y que apoye el sistema social de mercado. El carácter popular que desde sus inicios le han intentado dar al partido, es de gran importancia para ellos, ya que por ser un partido de derecha, su natural inclinación es una identificación con los integrantes de la estructura del poder económico en Chile. No hay que olvidar que Pinochet en más de una oportunidad dijo: "...hay que cuidar a los ricos..." Aunque es un claro contrasentido, la UDI ha penetrado fuertemente en el mundo popular, desplazando incluso en algunas lugares a la izquierda que representa, verdaderamente, una identidad con el mundo popular. El dinero que ha invertido la derecha, en particular la UDI, para acercarse al mundo popular es inconmensurable, especialmente cuando se han desarrollado campañas electorales.
El proyecto político de la UDI tuvo su fuerza impulsora durante la dictadura y su expresión máxima se vio refrendada en la constitución política de 1980, que en gran parte aún nos rige. También hay que agregar que se incorporaron al proyecto los "chicago boys" que impusieron un modelo económico neoliberal a ultranza, llegando a ser Chile el país que con más ortodoxia -después de Inglaterra- aplicó el modelo económico del profesor de la Universidad de Chicago, Milton Friedman. En Chile este modelo se reflejó en la estimulación de la inversión privada y la libre competencia, la apertura del comercio exterior, la disminución de la influencia del Estado y al mercado -con los factores de oferta y demanda- lo deja como el regulador del sistema en general. Se auguraba pleno empleo y fuerte crecimiento económico; la riqueza generada iba ser de tal magnitud que "chorrearía" hacia los pobres. Tal teoría -la del "chorreo"- terminó siendo un fiasco, porque nunca ocurrió ese "beneficio" para los pobres. Se acuñó el concepto de subsidiariedad del Estado para los casos en que los agentes intermedios (familia, empresas, gremios, etc.) no pudiesen cumplir con los trazados del modelo. En síntesis, en ese período nuestro país se había convertido a la fuerza en una sociedad autoritaria, conservadora, neoliberal en lo económico y surgía un agresivo individualismo que daba la sensación que no importaban "los demás".
Con la llegada de la democracia, a los inicios de los 90, la UDI deja de ser protagonista de la escena política nacional, y surge una nueva coalición gobernante: la Concertación de Partidos por la Democracia, que es el conglomerado político que gobierna actualmente nuestro país.
La UDI actualmente es el partido opositor más grande de Chile; pero esta condición ha sido fruto de una inversión millonaria en el tiempo. Si bien, sus principales dirigentes son personas de situación económica acomodada, están lejos de ser los empresarios millonarios que, tras bambalinas, han financiado fuertemente a este partido. Pablo Longueira -uno de sus principales "coroneles"- ha tratado de que las grandes fortunas que están detrás de la UDI, no sean las caras visibles del partido, porque su objetivo (llegar a los más pobres) se anularía por no existir una real identificación entre las clases populares y los millonarios financistas de la UDI.
Como mencionaba anteriormente, la UDI se ha transformado en el partido más grande de Chile, no obstante aquello, frente a la próxima contienda presidencial no se vé que vayan a levantar un candidato propio que pueda competir en una primara con el abanderado de RN, el inversionista y ex senador Sebastián Piñera. ¿Cuál es la razón? Algunos sostienen que Piñera está tan afianzado como candidato presidencial, que no vale la pena levantar un candidato UDI que, incluso, podría frustrar la eventual llegada al sillón presidencial de un candidato de la derecha. Por lo tanto, en esta oportunidad la UDI cede. Pero según informaciones entregadas por el columnista del diario La Tercera Héctor Soto, del cuerpo de reportajes del día 28 de septiembre de 2008, no es nada de es inverosímil extraer la siguiente teoría:
La respuesta a la interrogante de ¿por qué la UDI no va proclamar candidato propio? hay que buscarla en el día 12/09/08; en este día, en la sede de la CEP, se fraguó el destino político-electoral de la UDI. Ese día es clave porque allí se reunió Sebastián Piñera y los representantes del gran empresariado comandados por Eliodoro Matte; la negociación consistió en pactar -con Piñera- que el empresariado no financiaría campañas electorales de la UDI si este partido no proclamaba a Sebastián Piñera. La UDI para las elecciones municipales le pasó el platillo a los empresarios (que es la forma clásica que la derecha financia sus millonarias campañas), éstos le dijeron que no habían problemas, pero sólo podrían retirar el cheque una vez proclamado Piñera. Longueira esto lo tuvo que aceptar, porque además sabe que a Piñera le faltan votos para llegar a La Moneda y da como perdida la presidencial, en cambio ve una buena posibilidad de hacer una negociación con Piñera -aprovechando de que éste está enceguecido por la ambición de llegar al sillón presidencial- en relación a los cupos parlamentarios.
Ante la falta de liquidez de la UDI para enfrentar una campaña presidencial, ya que los empresarios han señalado que la única alternativa presidencial que califica en el sector es Piñera, con el cual ya han hecho las paces, el camino del gremialismo será centrarse en los cupos parlamentarios, que es realmente donde está el poder político, y desde allí seguir defendiendo el modelo.
En todo caso los coroneles de la UDI difícilmente le den el voto en la cámara secreta a quien señaló que el gobierno de Pinochet había sido el más desastroso en la historia de Chile.
En el diario El Mercurio, el destacado columnista Hermógenes Pérez de Arce ha rechazado la idea de apoyar al especulador financiero y político, Sebastián Piñera, porque no lo identifica con el sector y no le tiene confianza.
Si bien el gran empresariado ha crecido mucho con los gobiernos de la Concertación, ellos avizoran que la actual coalición gobernante en perspectiva de las próximas elecciones presidenciales va a insinuarse con un planteamiento más progresista, que según su visión, podría inhibir su voracidad empresarial y desfavorecer sus intereses. En cambio, ven en Piñera -aunque lo consideran más un inversionista que un creador de empresas- un hombre que conoce como defender los intereses del empresariado. Al fin de cuentas es uno de sus pares.
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