Resulta un poco patético ver a Villegas muy incómodo y nervioso cuando se habla de su patrón (Piñera) en relación a los polémicos temas en que ha estado involucrado el actual Presidente de Chile. Todo, pero absolutamente todo le encuentra bueno a su empleador. Ya durante la campaña presidencial en que se sacó al tapete noticioso las reiteradas faltas, irregularidades, mentiras, líos que deslindan en delitos del entonces candidato presidencial Sebastián Piñera... el sociólogo integrante del programa Tolerancia Cero transmitido los domingos en la noche por Chilevisión, en una insólita actitud relativizaba todo ese cúmulo de antecedentes y actitudes polémicas del dueño del canal. En el penúltimo programa de Tolerancia Cero se le vio muy nervioso cuando Enríquez-Ominami puso en el tapete el tema del conflicto de intereses que afecta a Sebastián Piñera que actualmente sigue siendo dueño de Chilevisión y a la vez es el Presidente de Chile.
El melenudo autor de "Tenga la bondad de irse a la cresta" no ha abierto la boca para referirse al 11,3% de aaciones de Lan que el Presidente poseyó hasta el 24 de marzo, tampoco de los negocios de sus ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores, ni menos por el tema del canal del que Piñera es dueño y que compró en abril de 2005 en US$24 millones y que hoy estaría tasado enmás de US$80 millones.
El dueño de Chilevisión y Presidente de Chile al nombrar al nuevo director de TVN, Leonidas Montes, entró en una polémica porque con el artículo número 12 de la ley 19.880 de Procedimientos Administrativos, que dice que es causal de abstención de actos administrativos el "tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada directamente en el asunto, o haberle prestado servicios profesionales de cualquier tipo y en cualquier circunstancia o lugar". En este contexto, cómo los panelistas de un programa inminentemente político del canal, que se caracteriza por analizar la actualidad política, muchas veces de manera ácida, especialmente de Fernando Villegas, van ahora tener la misma independencia para desmenuzar el conflicto que plantea que el Presidente sea a la vez dueño de Chilevisión y tener que nominar al director de TVN y del CNTV, y además tiene que presentar el proyecto de ley para generar el nuevo modelo de negocio de TV. Villegas, obsecadamente dice que este tema le es indiferente, que le da lo mismo quién sea el dueño del canal, se engaña a si mismo en esta postura y contrasta con la posición de los otros panelistas que sí ven que sería mejor que Piñera se desprendiera de Chilevisón, en especial Fernando Paulsen, que fue o es amigo de Piñera y que incluso en la penúltima campaña presidencial que disputó con Bachelet le dio un claro apoyo a través de radio Futuro, pero que ahora ha sido bastante crítico del actuar del Presidente Piñera. Para Eichholz y del Río, también hubiese sido preferible no estar en la situación actual. El único que anda en la nubes y con una banalidad asombrosa es Villegas, el cual evidencia que se trata de avadir del tema y se enfoca a sólo opinar de temas ajenos y que no afecten a su patrón.
No creo que Fernando Villegas sea el clásico "Chupapicos" -que es la forma como se ha referido éste a los miembros de los gobiernos de la Concertación en relación a los empresarios-, pero si se presiente, últimamente, que sus intervenciones en Tolerancia Cero con respecto a los invitados de la Coalición por el Cambio son muy "corneteras" y muy de "amiguis", que contrasta con acuciosidad inquisitiva con que actúa con políticos de la Concertación, de la izquierda (recordar el encontrón con Jorge Arrate) y el desprecio que siente por personas que tienen una visión progresista, como Enríquez-Ominami.
Villegas no dará su brazo a torcer en esta polémica, pues para él sería una deshonra intelectual ceder ante lo que opinan sus contertulios del programa. Es el típico "jalisco Zapata": nunca pierde y nunca empata.
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