En el último programa de "Tolerancia Cero" (11/09/11) que transmite Chilevisión los domingos en la noche, estuvieron como invitados los líderes del movimiento estudiantil, Camila Vallejo y Giorgio Jackson, que han puesto en la agenda nacional y en el imaginario de los chilenos la actual problemática educacional que el gobierno de Piñera trata de fintear desoyendo las demandas estudiantiles que denuncian las fallas del modelo educativo que, claramente, requiere un cambio profundo y estructural, pues la incidencia de éste ha generado segregación, clasismo, mala calidad, lucro de particulares con platas del Estado, lucro de las universidades y encarecimiento para las familias chilenas.El programa generó respuesta a través de los medios de comunicación e internet, pues uno de sus panelistas, Fernando Villegas, fue muy inquisitivo con los dirigentes estudiantiles invitados. Y no es que sea criticable la actitud de Villegas, sino lo que provoca de él es su intento de desacreditar a Vallejo y Jackson. El panelista trató de decir, en el fondo, a la teleaudiencia, que estos dirigentes eran unos demagogos, porque las demandas supuestamentes honestas que ellos solicitaban no eran más que una fachada que encubría una finalidad política, en el sentido de ser digitada por un partido político. Fernando Villegas sabe que Camila Vallejo es militante del partido comunista, y si bien a Giorgio Jackson no se le conoce militancia, es un dirigente más inclinado a una tendencia de izquierda. Estos elementos trató de usar Villegas, sabiendo el deterioro de la imagen que tienen los partidos político y la palabra POLÍTICA en nuestro país. Lo cierto que los estudiantes no han mezclado en ningún momento lo que insinuaba el consuetudinario polemista del programa televisivo, pues las demandas son transversales y apoyada por el 80% de los chilenos que las consideran legítimas y justas.
Villegas, a pesar que se ha convertido en un polemista profesional, se comportó como un novato cada vez que intervenía. En varias veces interrumpió a los invitados, tratando de imponer a machotes lo que él cree. Se enoja cuando lo contradicen, se irrita aún más cuando la contraparte argumenta con sólidas razones sus ideas, pues él cree que no más que él puede llegar a opiniones y conclusiones dignas de considerarse.
La actitud del sociólogo o ex sociólogo, se viene desde que el actual presidente Piñera era su patrón y candidato presidencial. Desde ese momento empezó a mostrar cierta condescendencia con el que en entonces era su patrón y dueño de Chilevisión. Y por el contrario, con los invitados al programa televisivo que eran de la Concertación, progresistas o de izquierda se mostraba particularmente duro e inquisitivo. Así fue, por ejemplo con Jorge Arrate, con Guido Girardi, con MEO y hasta con el presidente Ricardo Lagos en una entrevista que se le hizo a principios de este año; pero con su "trompa" o con invitados de derecha, muy cuidadoso y nervioso para no incomodarlos con alguna pregunta que devele sus incongruencias, como ocurrió cuando, desprevenidamente, Fernando Villegas le preguntó al entonces ministro de Educación, Joaquín Lavín, acerca de si había recuperado los dineros invertidos en la Universidad del Desarrollo, a lo que Lavín no le quedó otra que decir la verdad y señalar que con creces había recuperado el dinero cuando tuvo que desprenderse de la universidad al asumir como ministro. Quizás Villegas nunca imaginó el desaguisado que dejaría.
Hubo un hecho que delató la obsecuencia del panelista con su ex jefe, fue el episodio de la información privilegiada de las acciones de Lan, Villegas claramente le "prestó ropa" al entonces jefe suyo. Trató de bajarle el perfil al caso y no tuvo un pronunciamiento claro al respecto, siendo que este tema en los países que tienen legislaciones decentes en ese ámbito, lo penalizan con cárcel, pues es un delito. Y a esas alturas estábamos hablando de los candidatos a ocupar el sillón presidencial, no era un tema menor ni para tomarlo tangencialmente.
Pero Villegas no es que se haya convertido en un defensor y vocero de la postura del gobierno, ni que tenga una nueva convicción ideológica ligada al neoliberalismo, o que se haya dado una vuelta de carnero y aparezca como un genuino representante de la derecha; no, Fernando Villegas no es de aquí, ni de allá, ni de acullá. Lo que pasa que él tiene que ser consecuente y no quedar en evidencia. Sucede que Villegas no puede aparecer -ahora que no es empleado de Sebastián Piñera- como un ácido crítico del gobierno actual. Sería reconocer su "corneterismo" de entonces. Él ya está rotulado como un acérrimo defensor del presidente Piñera e incluso ha elaborado una ridícula tesis respecto del estilo de gobernar que tiene el Mandatario; a éste lo ha asemejado con atributos que tenía Bonaparte como gobernante. Es decir, trata de encontrarle alguna identidad a la errática forma en que el Presidente va enfrentando las dificultades del acontecer nacional. Además, el melenudo y más conservador del panel es "jalisco": nunca pierde. Él siempre cree tener la razón, aunque le argumenten contundentemente de cuán equivocado está, así como lo hizo Fernando Paulsen al argumentarle respecto de la segregación que se produce en la educación chilena con un hecho similar de segregación ocurrida en Estados Unidos cuando se estableció la existencia de colegios para negros y colegios para blancos. En Chile el actual modelo educativo genera escuelas para pobres y colegios para ricos.
En una de esas ni Villegas estás convencido de lo que defiende ahora. Lo que pasa que ésta, también, es una cruzada personal, de la cual él se retroalimenta con los ataques que le hacen a través de twitter u otros medios. Y siendo un clásico "jalisco", no va a ceder en su postura.
Otro punto en que Fernando Villegas no estuvo acertado fue cuando le reprochó a los dirigentes estudiantiles, especialmente a Camila Vallejo, por los costos que los alumnos y padres estarían pagando por la movilización actual de los estudiantes. Se puede perder el año, cómo se les va a pagar los sueldos a los profesores, qué va a pasar con los alumnos que tienen becas. Acá le hizo un ataque personal a Camila, pues Villegas sabía que la dirigente estudiantil había congelado su carrera de Licenciatura en Geografía, intentando dar a entender que a ella no le afectaría la "irresponsabilidad" de estar liderando este histórico movimiento estudiantil que tiene de cabeza al gobierno del presidente Piñera. Frente a este ataque, Giorgio Jackson fue claro y contundente, porque para ellos este no es un juego de señoritos malcriados, sino una loable y honesta lucha por cambiar la fracasada estructura educacional del país. Jackson señaló que Camila Vallejo ha sido amenazada de muerte por neofascistas, hecho grave en que la Justicia ha intervenido al proporcionarle protección a la carismática dirigente estudiantil.
Cómo pretender achacarle los costos al movimiento estudiantil, si es el gobierno el que ha sido errático en el devenir de este conflicto y fintea el tema de fondo que es la estructura del modelo educacional que en cierto modo contradice los convenios internacionales que ha firmado Chile respecto de la educación y, además, es el propio gobierno quien tiene el comando político del país. Con fecha 19 de Diciembre de 1966 se APROBÓ por la Asamblea General de las Naciones Unidas el PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. Dicho Pacto fue SUSCRITO por Chile el 10 de Septiembre de 1969, durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva y RATIFICADO el 10 de Enero de 1972, durante la Presidencia de Salvador Allende.
Culpar al movimiento estudiantil que protestan y demandan el cambio de un modelo educativo nocivo para los chilenos es como si se culpara a los trabajadores de una empresa que paralizan sus funciones por la negligencia o descriterio inexcusable del empleador que incumple con la normativa del código del trabajo eludiendo las soluciones y derechos de los trabajadores.
En el programa en cuestión, no estuvo presente Matías del Río, que si bien ha tratado de parecer imparcial en algún momento su intervención en el programa podría estar influida por su condición de ser sostenedor de un colegio. En su ultima participación en el programa, señaló que sólo reconocía seriedad a los dirigentes Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Camilo Ballesteros.
Fernando Paulsen, es el panelista que tiene más sintonía con las demandas estudiantiles y que la mayoría de los chilenos apoya.
El nuevo integrante del programa es Cristián Boffill, director del diario La Tercera, por lo tanto, uno de los vocero (el otro es El Mercurio) de la elite política, económica y empresarial que ha tenido siempre el comando de este país llamado Chile. No es el genuino representante de la derecha, más parece un servicial funcionario de este sector político, pero poco a poco se va pareciendo a lo que ojalá hubiese sido un panelista al estilo de Carlos Larraín, o de Ena Von Baer, la Matthei (aunque ahora se ha mimetizado muy bien), Cardemil, Sergio Melnik... es decir, de lengua fácil, que dejen en evidencia el verdadero rostro de la derecha y que provoca un efecto de rechazo en los chilenos y alienta más las demandas progresistas o las que vemos en la actualidad con los estudiantes y otras protestas ciudadanas. Boffill a este respecto estuvo "muy bien" cuando en el programa dijo que el único mérito de Michelle Bachelet para llegar a la presidencia había sido el hecho de subirse a un tanque. Ojalá siga en ese estilo.
El director de La Tercera en el tema de la educación usa el mismo discurso de la derecha. Es decir, en el diagnóstico de la educación repite que ésta en Chile es de mala calidad, cara, elitista... de tal modo de quedar como un empatizante del movimiento estudiantil. Es así como Giorgio Jackson en una broma lo conminó a unirse a los estudiantes para cambiar el modelo educativo que paradójicamente reclamaba. Pero se sabe que la derecha no quiere cambiar el modelo y sólo habla de "perfeccionarlo", "hacerles las mejoras necesarias".
Puede que esté haciendo fuera del tiesto... pero que Villegas es Jalisco Zapata, o sea, nunca pierde y nunca empata, lo es.
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