
Se sospecha que esta gestión del gobierno frente a la Cepal tenía como propósito resaltar la sensación en la opinión pública que se estaba frente a una proeza en relación a la disminución de la pobreza en Chile. También es claro que se quería remarcar las diferencias en las cifras con el gobierno anterior, que si uno las revisa no tiene tampoco tanta significancia como el gobierno plublicitariamente lo señaló. Además, el margen de error de la medición es de un 0,7%, lo que resulta más criticable aún la postura comunicacional del gobierno.
Muchos economistas cuestionaron varios puntos de la metodología de las encuesta y las variaciones introducidas en las preguntas. Así, por ejemplo, se incluyó un bono de $10.000 que no se mensualizó entre los ingresos de la población: es decir, ese bono que fue entregado precisamente en coincidencia con el desarrollo de la encuesta, debió ser dividido por los doce meses del año y no como el ingreso de un sólo mes. Y en cuanto a la pregunta "y11" se inquirió de manera más explícita la recordación de "otros ingresos" a la población encuestada, de tal manera que sería erróneo comparar la pregunta equivalente de las encuestas anteriores con la actual, porque en cierto modo ésta estimulaba el recuerdo de "otro ingresos" recibido.
Si el referido bono no se consideraba, la pobreza quedaba en un 14,6%; y si la pregunta "y11" no se incluía, se llegaba a 15%; es decir, nulo avance en el descenso de la pobreza comparado con el año 2009 en que la Concertación gobernaba. Esto era inconcebible decirlo y reconocerlo, en circunstancias que el actual gobierno se vendió y promocionó como de excelencia durante la campaña presidencial.
Fue el mismo gobierno de Sebastián Piñera que se metió en este berenjenal, y no fueron los políticos de oposición los que alzaron las primeras críticas a la forma cómo se estaba anunciando los resultados de la encuesta que mide la pobreza, sino fueron economistas, técnicos en la materia, que no necesariamente provienen del mundo de la Concertación.
La Cepal aceptó las sugerencias técnicas del gobierno -criticadas por economistas de la talla de Eduardo Engel y Andrés Valasco- y de ahí la existencia de una segunda segunda cifra: 14,4% de pobreza.
En una entrevista que realizo Ciper al jefe de la división de estudios de desarrollo social de Mineplan, Andrés Hernando, éste sostuvo que se sintió usado por el Ministro Joaquín Lavín y que discrepaba en la forma que anunciaron las cifras, pues nunca consideró que fueran significativos los avances en la disminución de la pobreza. Juan Carlos Feres, jefe de la división de estadísticas sociales de la Cepal, también sostuvo lo mismo y renunció, pues consideró que el organismo no reacciono ni defendió a tiempo los cuestionamientos hechos a su actuación.
La Cepal ha quedado en tela de juicio y no se sabe si tendrá participación en una próxima encuesta. Los especialistas en el tema sostienen que la Casen deberá independizarse del gobierno de turno, Y el gobierno se anota otra más, que va sumando y dejando etiquetado en el imaginario de los chilenos como el gobierno de la "letra chica", el gobierno del marketing, el gobierno que manipula los datos estadísticos para usarlos políticamente en contra de la Concertación.
Algunos sostienen que el gobierno al parecer está convirtiendo en un patrón este modo de anunciar las cosas. Se hizo en educación con una mentada reforma educacional, con el anuncio engañoso de la eliminación del 7% para los jubilados (que no es para todos los jubilados), con el bono para los matrimonios que tampoco es para todos, también con el tema de la reducción de las listas de espera del Auge y ahora se hace un anuncio de reforma tributaria que, según lo técnicos, es sólo un ajuste tributario, pero en ningún caso una reforma. Ésta implica una cobertura mayor en el sentido de una mayor recaudación y atender no sólo un área -que en esta caso es educación-, sino cubrir las demandas existentes en salud y previsión.
Este estilo publicitario se usó durante la campaña electoral presidencial. Es el clásico estilo de la derecha que ha tenido variantes en el tiempo, pero que en el fondo es lo mismo. La idea es crear marcos mentales en los chilenos, como el de "la puerta giratoria", como el de asentar que ellos iban a eliminar la delincuencia, que ellos serían la excelencia encarnada, que cambiarían el país por la gestión que implantarían, pues bien, los chilenos compraron, porque además no había un contrafactual para comparar si efectivamente este nuevo gobierno de derecha era lo que pregonaba. Bueno, el movimiento se demostró andando, y la verdad que este gobierno ha sido un fiasco en comparación a la ilusión engañosa que propusieron cuando se vendieron como los de excelencia y grandes gestores gubernamentales.
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