Editorial: Qué Penta tu Vida
05 Febrero, 2015

"La derecha se va de vacaciones destrozada. Su estado es calamitoso. Es un ente decorativo en el parlamento, donde al ser minoría sus chillidos parecen un ruido ambiente, como el de las micros que pasan sin que uno se pregunte dónde van. Pero eso no es nada. Carecen, además, de un líder admirable, de una voz siquiera que trascienda el gallinero, y que más allá de los escándalos encarne los valores admirables de la derecha. El pensamiento conservador tiene argumentos de sobra para discutir las ansias transformadoras. Me refiero a la derecha más allá de sus políticos. Pero esta derecha tiene demasiadas deudas que saldar. Llegaron al gobierno de Bachelet en calidad de “cómplices pasivos”, sus referentes religiosos resultaron ser unos degenerados, de aspecto limpio, pero degenerados. Ezzati no ha podido contener la radicación del canon moral en la izquierda de su institución. (...) El caso Penta, sin embargo, los anuló por completo. Se quedaron sin habla. Alguna vez pusieron el grito en el cielo porque una funcionaria pública repartía fresas en el auto fiscal. En ese tiempo, su celo por la buena administración de los dineros en el Estado era emocionante. Lo acusaban de ser la cueva de Alí Babá, pero ahora resulta que muchos de ellos defraudaban al Estado por sumas inconmensurablemente mayores. Eso de las boletas ideológicamente falsas es una novedad absoluta en sus conciencias. Era un recurso que recomendaban los contadores. Hasta el caso La Polar, apenas existía el concepto de delincuencia en el mundo de la riqueza, y todavía cuesta, porque si algo introdujo la derecha platera que parió Pinochet, es la convicción de que no puede ser malo generar fortuna. Si en la educación se pierde dinero en lugar de ganarlo, estamos ante una estupidez. Y así sucesivamente. No se puede, según ellos, dejar pasar la oportunidad de ganar. (...) Se sienten acorralados. Cunde en cierta clase social una molestia indecible. Dicen que se están llevando la plata para afuera. Les están desmantelando el sistema y no hallan el modo de frenar el derrumbe. Ena Von Baer se quejó de que los periodistas no la dejaban hablar de educación, porque sólo les interesaba su participación en el caso Penta. El Choclo dijo que la quería ayudar a ella, no a Moreira. Le faltó decir: “por roto”. Un sociólogo habló de la rebelión de los mayordomos. En la petite histoire, el protagonista es Hugo Bravo, el mayordomo de los Carlos. La derecha en Chile, como quedó en evidencia, tiene su sede principal en el living de los millonarios, y hoy no es precisamente en el Estado donde la gente imagina a Alí Babá. No fue el movimiento social el que marchando en las calles haya permitido sacar adelante las reformas de manera tan rotunda: fue el caso Penta. No es fácil que un acusado se imponga como acusador. Ahora se les ocurrió a la derecha que la solución era armar una nueva coalición con los mismos miembros, y pedirle a los ciudadanos que les propusieran un nombre. Hubo uno que prendió como el aceite: “Qué Penta tu Vida”."
El explosivo manual para entender el caso Penta con que TVN dejó en las cuerdas a la UDI
Una de las formas de disminuir el impacto del caso Penta en
el prosaico y desparpajado
procedimiento delictual de reunir fondos en la
derecha es buscar el famoso "empate", para que todo se
diluya y los verdaderos sinvergüenzas sean
soslayados. La frases clásicas para esta estratagema es
señalar expresamente que "todos lo hacen",
"todos son culpables", "es una práctica transversal", "todos
son sinvergüenzas", "todos son corruptos".
En el fondo sutilmente diluyen la responsabilidad de quienes
comenten ilícitos como en el caso
Pentagate que tiene nombre y apellido: la derecha, la UDI.
Por eso que este sector político tiene que
imperiosamente escarbar en cualquier atisbo de
irregularidad
en el procedimiento de financiamiento
de campañas electorales de sus opositores para fabricar el
ansiado empate ético, no importando la veracidad
de los hechos, sino el impacto mediático que en estas
circunstancias los hechos supuestamente
irregulares tienen. La opinión pública percibe la información
como ilícitos y los dá como hechos
consumados por políticos corrompidos. Y para efectos
mediáticos el verdadero sinvergüenza, el
político que ilegalmente ha solicitado financiamiento para
reforzar su carrera política, tiene el mismo
estatus ético que el político que se ha ceñido a los
reglamentos, pero que medíaticamente lo han
incluido en el mismo saco que el que se ha saltado las
reglas.
Sebastián Dávalos: La salvación de la derecha.
Sin duda que el hijo de la presidenta es un problema bastante serio, no obstante que no ha sido procesado por delitos ni él ni su mujer, la imagen que proyecta le hace daño al gobierno de Michellle Bachelet. Y en política, no solo hay que ser, sino parecer. La opinión pública no se inmiscuye en sutilezas jurídicas, sino que juzga desde la perspectiva de lo que parece, y si alguien parece sinvergüenza -aunque sea honesto- está cagado medíaticamente: será sinvergüenza. La política trae beneficios personales, pero también este tipo de dificultades. Y hoy los estándares son más exigentes para todos. El negocio de la nuera de Bachelet, es un plato que la derecha no va a desaprovechar.
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