Si alguien quisiera deprimirse y angustiarse, o autoconvencerse de que estamos en un país al borde de la catástrofe, escuche Bio-Bio y los comentarios de Tomás Mosciatti en CNN o en el noticiero de MEGA. Traten de hacer un seguimiento de las entrevistas de Mosciatti, y se darán cuenta que es el clásico cahuinero que le pone énfasis a sus palabras para magnificar los hechos y siempre dando a entender que en todo hay gato encerrado. Algunos le han comprado el aparente estilo punzante. Él sabe que darle al gobierno, a la NM, a Bachelet, es rentable (así cimentó su carrera periodística), porque la prensa tradicional de derecha está desprestigiada y nadie le cree, entonces aparece como un sucedáneo periodístico con una alta dosis de cahuín e histrionismo que lo exhiben como una caricatura, como deja entrever en la mañosa forma que hizo la pregunta a Camilo Escalona acerca del rumor de la renuncia de Bachelet. Escalona, tampoco lo hace nada de mal, pues dejó que la gente pensara que él es muy importante en el entorno de Bachelet en estos momentos, el que podía tener el acceso mas cercano a la presidenta, y Mosciatti aprovecha esta especie de vanidad y lo alza más diciéndole que es un hombre informado, que tiene acceso privilegiado a medios que le pueden informar las mejores y más secretas "papas", como sería la renuncia de la presidenta. El objetivo de Mosciatti era dejar "picando" el rumor como algo de la mas completa certeza. Mosciatti desde hace tiempo tiene una fijación insana con Bachelet, basta mirar los videos en que da opiniones personales que muestran odiosidad y la señala como una persona falsa y peligrosa. Esto no lo dice porque tenga un antecedentes concretos, sino se basa en lo que él cree al decir que tiene "el tono maternal falso y peligroso". Esto está bien para un cahuinero, pero no para alguien que practica periodismo.
Mosciatti no es que sea escorado para la derecha, sino que no la toca con la odiosidad que sí lo ha hecho con los gobiernos de la Concertación y se ha ensañado con Bachelet.
Algunos dan por sentado que Michelle Bachelet sabía al dedillo los negocios de su hijo y nuera respecto caso Caval. Pero en realidad es muy raro que los padres sepan los intrincados negocios que eventualmente pudieren tener los hijos. No es que haya ignorado todo, pero de haberlo sabido, cualquier persona con un mínimo de inteligencia exigible, sacaría las conclusiones del efecto político devastador que significaría la pasada inmobiliaria de Caval, mas aún que toda la operación contradice toda la vida y el discurso emblema que propuso para su gobierno.
Habría que buscar en los meandros de la mente de Tomás Mosciatti qué es lo que enconadamente lo lleva a intentar liquidar, como sea, a Michelle Bachelet. Cuando la Presidenta triunfó y llegó por segunda vez al gobierno, después de un respetado y admirado paso por la ONU mujer, el máximo derrotado no fue ni la derecha ni la Evelyn ni Piñera, sino que fue este abogado -Mosciatti- que las oficia de periodista y que ha cimentado esta carrera en base a un discurso anticoncertación y convertido en el principal francotirador que intenta hacer rodar la cabeza de la Presidenta. Ahora Mosciatti cree estar triunfante porque la Presidenta está herida. Como a Bachelet nunca le pudo encontrar un blanco donde darle, buscó en Dávalos donde asestar su veneno. El hijo de la Presidenta era un blanco fácil: ambicioso, torpe y una cuestionada conducta ética que se vio corroborada con el caso Caval.
Si bien la Presidenta está herida, poco a poco su ánimo ha ido mejorando y no se va a dejar derrotar. Ella viene del dolor y sabrá sobreponerse a este trago amargo.
Tengo entendido que no existe la posibilidad que constitucionalmente renuncie un presidente.
Y también, por una cuestión de Estado, no debiera renunciar. Significaría una tremenda derrota sicológica y política para ella, su sector, la mayoría de chilenos que votó por ella y Chile se vería en una crisis al no tener claridad respecto de que pasaría en esa hipotética situación.
Tengo entendido que no existe la posibilidad que constitucionalmente renuncie un presidente.
Y también, por una cuestión de Estado, no debiera renunciar. Significaría una tremenda derrota sicológica y política para ella, su sector, la mayoría de chilenos que votó por ella y Chile se vería en una crisis al no tener claridad respecto de que pasaría en esa hipotética situación.
Bachelet tiene hablar -especialmente a su gente- y rechazar drásticamente la conducta ética de Dávalos, aunque sea duro para ella porque a nungún padre le gustaría referirse al grado ético de un hijo. Pero por razones de de Estado, es imperativo que lo haga pronto.
La presidenta tiene un bajo apoyo en estos momentos, según las últimas encuestas de opinión pública, que es muy contrario al momento cuando mayoritariamente los chilenos querían que volviera a la presidencia después del gobierno de Piñera. Michelle Bachelet se debe recordar su cargo en la ONU mujer, donde era respetada y admirada por todo el mundo, además que no tenía las preocupaciones y reveses actuales, y seguramente disfrutando de un sueldo muchas veces mayor que el actual... pero así es la vida y va a tener que poner pecho a las balas... y esperar que Mosciatti se atragante con su propio veneno.
P.D. Los Links señalados en el blogs han sido borrados. Aparte de cahuinero, maricón.
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