La Derecha y las Farmacias Populares

La nueva fórmula que el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), ha impuesto en su comuna al implantar farmacias populares que venden medicamentos hasta 20 más baratos está causando gran polémica. Y esta loable iniciativa podría presentar dos problemas que en un momento se va a tener que enfrentar.

 Primero: la instauración de estas farmacias pueden perjudicar el paulatino posicionamiento en el mercado de las farmacias de bajo costo. Estas farmacias tendrían dificultades para competir con las farmacias populares, ya que estas últimas podrían acceder a comprarles a Cenabast a precios muy bajos, lo que se traduciría en una alteración del mercado. En cambio, las farmacias de bajo costo o independientes, así como también las farmacias de las grandes cadenas, legalmente no pueden comprarle a la Central Nacional de Abastecimiento,  Cenabast.

Segundo: se vé difícil el panorama para que prosperen las farmacias municipales, porque constitucionalmente el Estado (la municipalidades en el fondo son Estado) está castrado para participar donde lo hacen los privados, y de hacerlo, tendría que atenerse a las reglas del mercado como cualquier empresa. Por ejemplo, BancoEstado y TVN, son entidades estatales, sin embargo, su participación en la industria financiera y televisiva, respectivamente, tienen las características idénticas a la de cualquier empresa del mercado que les atañe; es decir, BancoEstado y TVN, no son mas que como cualquier empresa de su respectiva industria. Tienen que autofinanciarse y generar ganancias, -como todas- porque el Estado no podría subsidiarlas y sería  considerado competencia desleal si lo hiciere. Por ideología, la derecha debiera oponerse a las farmacias municipales. Y si llegase a prosperar esta idea, la instancia del Tribunal Constitucional la rechazaría o exigiría los mecanismos para que funcionen solo como una farmacia más del mercado en cuestión. La derecha no ha irrumpido con todo su poderío para oponerse a la creación de las farmacias populares. Los representantes comunicacionales de la derecha (La Tercera y El  Mercurio) han criticado editorialmente la idea lanzada por el alcalde comunista de Recoleta, aunque aún no se ve una acción mas radicalmente opositora del área política de la derecha. Quizás cueste un poco asumir este rol por los casos de colusión que realizaron las tres grandes cadenas farmacéuticas en Chile que significó vender medicamentos con sobreprecio. Y la derecha no quiere aparecer como los defensores de las farmacias coludidas. Sin embargo, creo que la derecha esperará el momento oportuno para actuar en contra de las farmacias populares desde lo comunicacional, político y judicial.

Lo lamentable es que la constitución política actual que fue creada en dictadura precisamente para proteger y fomentar el modelo económico vigente, le da la razón a la derecha para oponerse a la creación de las farmacias populares o a cualquier situación en que el Estado directa o indirectamente participe en el mercado. La aceptación de las farmacias populares en el contexto de libre mercado, en que el Estado actúa solo como un regulador, dependerá de la fórmula, del mecanismo de funcionamiento de las mismas, para que constitucionalmente sean  actores que no alteren el mercado mirado desde la perspectiva de la industria farmacéutica y del modelo económico.

Por otro lado se sostiene que estas farmacias populares no tendrían tanta incidencia,  porque cabe preguntarse ¿cuánta demanda podrían satisfacer las farmacias municipales? Lo mas probable es que recurrentemente los medicamentos estarían agotados por la potencialidad masiva de compradores.

Las farmacias de bajo costo o independientes están temerosas en este nuevo contexto del mercado farmacéutico, no obstante que poco a poco han ido ganando mercado frente a las grandes cadenas farmacéuticas que se sabe, positívamente, se coluden para vender los medicamentos con sobrepecio. Pero en este preciso momento irrumpe la idea de farmacias que venderían mas barato aún, con precios que no podrían sustentar las farmacias independientes. En promedio, las farmacias de bajo costo, como la del Dr. Simi por ejemplo, tienen los medicamentos un 50% mas baratos que las poderosas cadenas farmacéuticas que gastan enormes cantidades de dinero en publicidad, en infraestructura y solo se ubican en lugares céntricos y en conjunto con las farmacias de la competencia, porque estando juntas, como industria, venden más.