
El blanco de un paro o una huelga es el empleador, pero en este caso del paro del RC los dañados solo fueron los chilenos. Cuando se piensa una huelga hay que apuntar bien el blanco, de tal manera que el afectado (en este caso se suponía era Estado o gobierno) evalúe si es conveniente conceder las demandas antes que seguir dejando de ganar por efecto del paro. Acá el gobierno no fue afectado, los funcionarios del RC se ganaron el rechazo y los dañados fueron los chilenos. Este es un claro ejemplo de un paro tonto e inútil.
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