
En la minería, en general, se tomaron medidas muy estrictas en las faenas, pero siempre serán insuficiente porque este virus es tremendamente contagioso. Ahora, cualquier persona con un mínimo de inteligencia exigible sabía que Calama y Antofagasta, u otra ciudad minera, iban a ser ciudades con alto nivel de contagio por la excesiva movilidad de trabajadores provenientes de otras regiones que laboran por turnos en las distintas faenas de la región. Probablemente muchos contagiados asintomáticos van y vienen contagiando infinitamente a otros. Era la crónica de contagios anunciados, pero estaba dentro de la lógica de la inmunidad de rebaño, estrategia que el gobierno siguió para enfrentar la pandemia, no obstante ser es muy riesgosa. Y en cierto modo los sindicatos asumieron esa postura al permitir que los mayores de 65 años y enfermos crónicos se desvinculen, aunque ahora se sabe positívamente que cualquier persona puede enfermar de la forma grave de covid 19. En ese momento se debió presionar para suspender las faenas. Existe poca estadística -o no está informada- acerca del nivel de contagios en faenas mineras, además que a nivel nacional hay cierta opacidad de como se enfrenta el corona virus en la minería. También es muy raro que los sindicatos no hayan presionado mas para una suspensión temporal de faenas como una forma de contener el virus evitando contagios y muertes de compañeros. Las mineras generalmente tienen stock y su producción ya está vendida. Una suspensión de faenas mineras implicaría un aumento del precio del cobre que favorecería el ingresos de divisas a Chile, no obstante, tendría marginalmente un efecto temporal del PIB a la baja.
Es evidente que Piñera puso énfasis en impedir que se suspendan las labores en las faenas mineras porque tendría una incidencia en el PIB, por lo tanto, había que sacrificar a Calama, Antofagasta, Iquique, y eventualmente otras ciudades que también tienen faenas minera cercanas. Se prefirió el dinero por sobre la salud y vida.
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