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Para Saber Cómo Votar en las Próximas Elecciones Presidenciales


Las personas en su mayoría reniegan de la política; no les gusta, no la entienden, les aburre y consideran que es un "cochiná". Pero lo que parece olvidarse es que esta antigua actividad está hecha por seres humanos que no han venido de otro planeta y, por lo tanto, tienen las mismas virtudes y defectos de todos.

En nuestro país hasta el golpe de estado en 1973, las ideologías y la política en general estaba muy metida en la sociedad. No había organismo que escapara a la politización de entonces. Si bien es cierto fue una circunstancia exagerada, no es menos cierto que también sirvió para que gran parte de los estratos pobres adquirieran conciencia de clase y de sus derechos.

La izquierda históricamente siempre ha representado a las clases más pobres; los líderes sindicales, poblacionales, vienen de la izquierda. En el pasado este sector se preocupó que el pueblo se instruyera y en forma didáctica le exponían a las clases populares la visión de la sociedad que anhelaban. En ese contexto el pueblo leía y comenzaba a percatarse de los abusos e injusticias de los integrantes de las estructuras de poder en Chile. Así fue como en un hecho histórico e inédito en el mundo, los trabajadores y el pueblo llegaron al poder a través del voto en las urnas, eligiendo al socialista Salvador Allende como presidente de Chile en 1970.

Por el otro lado, la derecha, que representaba a los ricos -en la actualidad aún se identifican con este segmento de la población, además que son sus financistas- comenzaba a preocuparse.

En nuestro país ser de derecha es sinónimo de "momio"; en esto no hay discusión, es un esteriotipo político-cultural de la derecha conservadora que por convención todos lo reconocen. Los "momios" son los conservadores, los que no quieren un cambio de verdad y buscan tan sólo la alternancia en el poder político, los que siempre han querido mantener el statu quo de los privilegios, de la dominación, del poder en todas sus esferas, y, en un tiempo quisieron mantener esa condición -con sangre y fuego- cuando sus bolsillos, poder e intereses se vieron amenazados por advenedizos -el pueblo, los trabajadores y progresistas- que desaban, y desean, un cambio del statu quo vigente que genere más equidad en los chilenos. Desde que hay sufragio con carnet de identidad, este ha sido un arma que los ciudadanos tienen para enfrentar a la derecha -momiaje- que tiene sus tentáculos de poder en el gran empresariado, la Iglesia católica (la jerarquía administrativa), Fuerzas Armadas, medios de comunicación y en el poder judicial que poco a poco ha ido decreciendo su poder derechista con el recambio de jueces que no están ligados a la herencia dictatorial. En síntesis, la derecha puede llegar a ostentar todos los ámbitos del poder y el único que le ha sido esquivo por ya casi 20 años es el poder ejecutivo, es decir, el cargo presidencial.

Actualmente la sociedad chilena está más despolitizada, no despierta gran entusiasmo esta actividad, aunque hay que considerar que hubo una dictadura de por medio que desprestigió a los políticos y se trató de eliminar las ideas de reivindicación del pueblo y trabajadores. No obstante esto, la polaridad entre izquierda y derecha, entre progresistas y conservadores, aún subsiste, y es básico para comprender los fenómenos sociopolíticos no solo en Chile sino también en el mundo.
No es mucho lo que la RAE nos dice del adjetivo “Progresista”: “Dicho de una persona, de una colectividad, etc.: Con ideas avanzadas, y con la actitud que esto entraña”. El sociolingüista George Lakoff -con toda razón- defiende que no sólo se es progresista por las “ideas”, y ni siquiera por las “actitudes” que esto entraña. El progresista lo es por sus principios, por sus valores, por sus convicciones frente a la vida, que se inscriben en sus marcos profundos y luego se manifiestan en otros marcos intermedios o más de superficie: es progresista estar contra la pena de muerte, luchar por el derecho de todos -especialmente los más débiles- a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda, a una vida digna… lo es trabajar por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, por un mundo más libre, más justo e igualitario, más fraternal y solidario, en el que no sea la violencia la que prevalezca y en el que seamos respetuosos con el medio ambiente… Lo es estar en contra de la xenofobia, de la homofobia, del racismo, de la misoginia, del machismo… Lo es trabajar por una sociedad laica en la que cada cual tenga absoluta libertad para articular sus creencias íntimas.

Tal vez, los peores enemigos de los auténticos progresistas sean los muchos corruptos y sinvergüenzas que se amparan en partidos, proyectos o colectivos verdaderamente preocupados por los principios arriba esbozados, pero que sólo pretenden tener más poder, más dinero, más influencias, a veces a costa y en contra de aquellos a los que dicen defender. Es el colmo del cinismo, pero moneda corriente en nuestros días. Esto ha contribuido al desprestigio de los políticos en general, porque esto sí que es democrático: corruptos los podemos encontrar en cualquier lado.
Los pregresistas en Chile necesitan mucho poder para transformar esta sociedad, porque la derecha conservadora no sólo posee el poder del dinero, de los medios, sino también tiene el poder de vetar en el congreso leyes en favor del máximo beneficio para el mayor número de personas.
Es cierto, durante los gobiernos de la Concertación no se ha logrado hacer cambios profundos que los chilenos anhelan, principalmente en educación, salud, previsión, transportes, sistema tributario... no obstante la fuerza progresista de esta coalición.

El problema en el fondo está en la constitución nacida en dictadura que permite que la derecha con 1/3 del electorado, en el congreso, frene los cambios que los chilenos exigen. Ahí está cuánto costó tener una ley de divorcio, el tema de la píldora del día después, royalty, sistema tributario, salud y educación; en esta última se tuvo que recurrir a una comisión porque en el congreso no se iba a lograr nada, aunque con dicha comisión tampoco se ha cambiado el aberrante sistema educativo chileno, en la cual es la billetera de los padres y apoderados la que decide quién puede comprar más y mejor educación. Y en salud, también es la billetera la que manda.

La derecha con los 4/7 que se requieren para aprobar leyes que la mayoría de los chilenos piden a gritos, ha podido mantener su filosofía generada en dictadura a través de su ideólogo Jaime Guzmán y sustentada técnicamente por los "chicago boys"con el modelo económico que implantaron a ultranza . Por eso que nada cambia, no hay opción real de cambio. Los 4/7 es un quórum altísimo. Las leyes orgánicas constitucionales requieren de ese quórum. 

Por eso se requiere la unidad en los valores de todos los progresistas, más allá de si están en la Concertación, en la izquierda o, incluso, personas con potencial progresista de la derecha, que es necesario adherirla para derribar a la derecha y su constitución que no es democrática, y que a través de la cual con minoría electoral han seguido manteniendo el poder de vetar las leyes en el parlamento, que contradice el deseo de la mayoría de los chilenos por más progresismo, más cambio.

Lamentablemente la Concertación, y en cierto grado MEO, han caído en la vorágine de la descalificación que puede acrecentar un antagonismo fatal para el objetivo de fondo: lograr un verdadero cambio en Chile. Se pueden tener visiones más o menos radicales o, en algunos casos aparentemente opuestas, pero no se puede crear un clima de beligerancia entre quienes en el fondo tienen visiones de la sociedad coincidentes en su mayoría.

Escalona debería callarse y no andar insultando, el comando de Frei no repetir el torpe incidente que afectó a Karen y a Marco, y este último, no responder beligerantemente a los ataques torpes de algunas personas de la Concertación.

Las personas son dueñas de su voto, pero a la luz de las circunstancias constitucionales, parlamentarias, binominales...los electores no pueden seguir votando por conservadurismo de derecha.

Es sine qua non la convergencia de los progresistas para lograr el cambio que los chilenos desean; y este cambio no pasa por la mentada y manipulada alternancia en el poder que demagógicamente reitera la derecha, sino un cambio profundo de la institucionalidad para que en el parlamento se refleje la voluntad de la mayoría, y no de una minoría como ha ocurrido en casos de leyes que requieren los 4/7 de los votos de diputados y senadores. Un quórum para que la minoría impere.

La presidenta Michelle Bachelet y su gobierno en las últimas encuestas ha sido bien evaluada por la ciudadanía al mostrar altos índices de apoyo, sin embargo, en aspecto de educación y salud los gobiernos de la concertación concitan un reproche de los chilenos, pues estos en su mayoría no alcanzan a comprender los complejos obstáculos que tienen que sortear las propuestas progresistas para desmercantilizar estas áreas y que el Estado tome un mayor rol protagónico en educación y salud, a lo que la derecha conservadora se opone, pues ellos desean profundizar su filosofía neoliberal en todos los aspectos de la sociedad.

También en la Concertación muchos no han sido lo suficientemente fuerte y claro para denunciar el modelo neoliberal de la derecha, y a este respecto el profesor Lakoff sentencia lo siguiente:

"Si los progresistas no dicen nada cuando las políticas conservadoras hayan provocado el desastre, serán los conservadores quienes enmarquen el desastre, y es seguro que no lo enmarcarán como un fallo de su filosofía conservadora. Distorsionarán la naturaleza de las causas y echarán la culpa a los progresistas".

La derecha y Piñera siempre se refieren a la mala calidad de la educación y salud, pero lo que omiten es que la falla intrínseca en estas áreas se genera precisamente en el modelo económico que ellos defienden. La ciudadanía se confunde y también le achaca a la Concertación la falla. Y en una de esas los chilenos terminan votando erróneamente en contra de lo que realmente desean, no sólo en educación y salud, sino también en otras áreas de la sociedad en que el modelo de los conservadores a causado estragos por su ineficiencia en el sentido de otorgar justicia, equidad e igualdad de oportunidades.

Cuando George Lakoff se refiere a enmarcar (marcos o frames) los hechos, se refiere a todo aquello en lo que pensamos, creemos, deseamos o tememos. La ciencia cognitiva ha establecido que pensamos en términos de marcos mentales y metáforas, antes de entrar en el razonamiento analítico. Estos marcos mentales (frames) tienen existencia material, están en las sinapsis de nuestro cerebro, configurados físicamente en los circuitos neuronales. Cuando la información que recibimos (los datos) no se conforman a los marcos inscritos en nuestro cerebro, nos quedamos con los marcos e ignoramos los hechos. Por ejemplo, si se ha activado un marco que define al Presidente como protector contra todos los peligros del mundo, cualquier información que contradiga ese marco (como la falsedad de la conexión entre Al Qaeda y Sadam Hussein, o la inexistencia de armas de destrucción masiva, o en nuestro país el supuesto plan zeta para justificar el asesinato de izquierdistas) tiene mucha dificultad para penetrar nuestra decisión consciente. Naturalmente, si ese marco no es operativo o si otro tipo de marco es el activado, entonces ocurre lo contrario, los datos se convierten en argumentos en contra de la política del miedo. Lakoff piensa que uno de los marcos más importantes es aquel que se refiere al padre estricto y castigador, al que tiene que castigar por nuestro propio bien, el que no acepta la vuelta del hijo pródigo, el que define las reglas de conducta y las transforma en disciplina, con respecto a nosotros y al mundo exterior. En nuestro país este marco tiene su máxima expresión en el gobierno derechista de Pinochet. En Estados Unidos los republicanos más conservadores han conseguido activar ese marco en una gran parte de la población. No por casualidad, sino como resultado de una larga estrategia desde hace tres décadas, para contrarrestar la hegemonía demócrata en la población. Financiaron con decenas de millones de dólares fundaciones y programas de investigación, reclutaron universitarios, publicistas, periodistas, escritores, especialistas de la imagen, y fueron perfeccionando poco a poco su lenguaje y su temática. Por ejemplo, al hablar de los impuestos como carga tributaria sin referirse a lo que se recibe a cambio de lo que se paga, se activa el mito del ciudadano expoliado por el Estado. O al hablar de matrimonio homosexual (en lugar de unión entre personas) se implica la devaluación de algo sacrosanto para mucha gente. No es lo mismo, por ejemplo, hablar de la invasión de Irak como una "guerra contra el terrorismo" o como una "ocupación" de un país. Por mucho tiempo la derecha habló de pronunciamiento militar y no de golpe de estado, de régimen militar y no de dictadura (aunque a estas alturas aún no lo reconocen). Para ellos no habían crímenes ni detenidos desaparecidos, éstos para la derecha son terroristas y no compatriotas. Esto tiene consecuencias en la política. Porque Lakoff sostiene, apoyándose en estudios electorales, que la mayoría de la gente no vota por sus intereses, sino en función de su identidad. Los ciudadanos votan “según su identidad, sobre la base de quiénes son, de qué valores tienen y a quién y a qué admiran”. Y los estereotipos culturales y morales son los que más directamente enmarcan el voto por afinidad o por rechazo. Todos sabemos lo que históricamente ha significado la derecha en nuestro país: injusticias, dictadura, violaciones a ls derechos humanos, cero aporte para leyes en beneficio de los trabajadores, desamparo, exclusión, defensa ilimitada del gran empresariado, desregulación, mercantilización exagerada... como si los demás no importaran.


Contrariamente a lo que se cree, me atevería a decir que todos nuestros héroes patrios fueron progresistas en su época. Los valores progresistas son los mejores valores tradicionales chilenos. El modelo de padre estricto ha sido derrotado en los temas importantes a lo largo de nuestra historia (esclavitud, sufragio universal, sufragio femenino, seguridad social, derechos civiles, derechos humanos, sindicalización, dictadura…). Por lo tanto, hoy día de cara a las próximas elecciones presidenciales, es necesaria la unidad de valores de los progresistas chilenos; activar el modelo progresista pendiente en todos; respetar y escuchar; debatir civilizadamente, sin gritos, manteniendo la calma, con humor, sin perder el control. No actuando a la defensiva, haciéndose la víctima, no suplicando, transmitiendo optimismo. Siendo firmes, razonadores, patriotas, mostrando conocimiento de los hechos. No pretendiendo convencer a todos, sino a los biconceptuales. No basándote sólo en hechos, sino enmarcándolos. Reenmarcando sus preguntas. Siendo sincero, sin montajes y sin prestarse a ellos. Usando historias, preguntas retóricas. Empezando por hablar de los valores. Preparando los temas. Usando cuestiones polémicas como “cuñas”. Desvelando sus insinceridades y su lenguaje orwelliano, reenmarcando lo que dicen. Hablando siempre de unirnos en torno a los mejores valores, si ellos quieren dividir, nosotros respetarnos civilizadamente, lo que lamentablemente no ha estado ocurriendo en las Concertación con disputas torpes e infantiles, con reproches y castigos para los que han seguido a MEO e insultos a trevés de la prensa.
En resumen:
- Sé respetuoso.
- Responde cambiando el marco.
- Piensa y habla desde los valores.
- Di lo que piensas.


"El centro ideológico o político no existe", escribe rotundo Lakoff, quien explica que en política "es imposible que la mayoría de los asuntos puedan colocarse en una escala lineal y los moderados estén siempre en el punto medio de las escalas. Primero, porque muchos de ellos son
asuntos de «sí o no»: no hay escala".

No existe el centro, pero sí existen lo que Lakoff llama "biconceptuales", personas que en algunos aspectos de la vida son conservadoras y en otros son progresistas.

En consecuencia, el éxito de los progresistas consiste no tanto en entrar en una controversia con la derecha para disuadir a los ciudadanos de votarla, sino en engendrar un marco nuevo, alternativo, genuinamente progresista, en el que pueda desenvolverse con comodidad su propio electorado, que tiene, o que ha de adquirir, una visión del mundo diferente.

George Lakoff (1941), Catedrático, polémico analista de la realidad, es profesor de lingüística y ciencias cognitivas en la Universidad de Berkeley (California, EE.UU) y fundador del Rockridge Institute, un centro de estudios sobre los valores progresistas en EE.UU. Formado en la Universidad de Indiana, ha sido profesor en Harvard, Michigan y Stanford. Experto en análisis semántico y lenguaje político, sus preocupaciones actuales se centran en la articulación del discurso progresista y las maneras de combatir, formalmente, la deriva conservadora. Entre sus obras destacan - con Johnson- Metáforas de la vida cotidiana (2001) y No pienses en un elefante (2007).

Hoy día el presidente de los Estados Unidos Barack Obama es un gran representantes de los progresistas, así como también el sello que la presidenta Bachelet le ha dado a su gobierno en lo relativo a la protección social es una pauta para seguir profundizando los valores progresistas en nuestro país.

De todos los candidatos en carrera presidencial, el único que no tiene nada que ver con el progresismo es Sebastián Piñera. Así es que no hay por donde perderse para las próximas elecciones presidenciales.

Comentarios

Hernán »Fuentes Aguirre ha dicho que…
Osvaldo :

El Plan Z que tu alegas en tu artículo que es una invención de los militares fue absolútamente probado como VERIDICO por el Profesor e Historiador de la Pontificia Universidad Católica de Chile ,don Gonzalo Vial Correa. EL Profesor Vial Correa fue uno de los redactores del "Libro Blanco" sobre el Pronunciamiento Militar del 11-lX-73 y en ese "Libro Blanco" se confirma la existencia del Plan Z que era un plan Marxista para asesinar a los altos mandos de las FF.AA. durante la parada militar del 19-lX-73.
También el Profesor e Historiador de la Universidad de Berlín, don Víctor Farías, confirma y asegura ,más allá de toda duda, que el Plan Z existió, en su libro:"Salvador Allende: El Fin de un Mito" .

Saludos Cordiales.
Hernán Fuentes Aguirre ha dicho que…
Osvaldo :


Todo chileno de corazón bien puesto y patriota sabe perfectamente bien que el 11 de Septiembre de 1973 hubo un "Pronunciamiento Militar" para acabar con la entronización del marxismo antipatriota y traidor en Chile. Si los militares no hubiesen intervenido, Chile hubiese derivado indefectiblemente hacia una guerra civil con resultado de muerte de un millón de chilenos según propia revelación del General Prats. Sólo un fanático marxista puede aún negar la evidencia más que abrumadora de que Chile fue agredido por el marxismo internacional y por la intrusión de la ex-Unión Soviética en nuestros asuntos internos. Tenemos que estar eternamente agradecidos de nuestros valientes soldados que se la jugaron por la LIBERTAD de Chile y nuestra soberanía. Nuestras gloriosas Fuerzas Armadas son el cimiento de nuestra nacionalidad chilena.
Hernán Fuentes Aguirre ha dicho que…
Osvaldo:


No olvides que Salvador Allende ganó una mayoría RELATIVA de votos en la elección presidencial de 1970 (36.4%, para ser más exactos) y, por lo tanto, NO contaba con un claro y mayoritario mandato para llevar a Chile hacia el socialismo. La Unidad Popular se aprovechó del hecho que la Constitución de 1925 no contemplaba la segunda vuelta o balotaje cuando ningún candidato hubiese obtenido la mayoría absoluta de votos (50.1%) Yo estoy seguro de que Salvador Allende no hubiese ganado una segunda vuelta electoral en 1970 pues la mayoría de la Democracia Cristiana rechazaba al marxismo y su lema, cuando ella ganó la elección de 1964, fue :"Revolución en Libertad", con Eduardo Frei Montalva, como abanderado.
Gracias a la Constitución de los militares, de 1980, ahora se contempla la segunda vuelta electoral si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en primera vuelta y ,por lo tanto, la llegada de otro líder populista e irresponsable a la presidencia de la república, como lo era Allende, se hace más difícil.
Osvaldo ha dicho que…
Hernán te recomiendo que vayas a la siguiente página:

http://www.archivochile.com/Derechos_humanos/119/ddhh1190010.pdf
Hernán Fuentes Aguirre ha dicho que…
Osvaldo :


Me diste mal el "link" porque cuando intenté alcanzar el sitio que me diste apareció una página con la palabra "Error" escrita con grandes letras.

Chao.
Osvaldo ha dicho que…
Lee de nuevo el artículo y cuando llegues a "el supuesto plan zeta", haz un link en esa frase y ahí verás la página.

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