
Hace un tiempo en un programa de televisión se hizo un reportaje a la ciudad de
Calama, y como presentación inicial se dijo que
esta ciudad de sol y cobre era conocida como la ciudad de las tres "P",
es decir: polvo, putas y perros. En relación a la primera (polvo), les puedo asegurar que hay ciudades que son más polvorientas que la del Loa. Si bien en
Calama en una época del año sopla muy fuerte el viento y levanta polvaredas que cubren la ciudad, durante la mayor parte de los meses del año se aprecian vientos moderados que no involucra una constante polvorienta de la capital minera de Chile. En relación a las putas, tampoco creo que Calama lidere un ranking que señale ser una urbe que tenga un alto índice de mujeres que ejerzan el oficio más antiguo del mundo. Actualmente la prostitución es una industria muy rentable en cualquier parte del mundo, ya sea en un pueblo chico o en una gran ciudad.
En cuanto a los perros, creo que no es mito. Si alguien ha estado en Calama lo puede corroborar.
Los canes callejeros abundan; en el centro, en las poblaciones, en la periferia... en fin, en todos lados. Es un hecho curioso, pues en todas las ciudades existen perros; pero Calama en este sentido parece tener un récord. Y esta proporcionalidad entre población canina población humana, hace
inminente la posibilidad de ser atacado por un perro. Y a mí me ocurrió...
me mordió un perro; un episodio anecdótico que causa hilaridad, pero también lleva consigo un potencial desenlace dramáticamente fatal. Tuve que soportar las consabidas bromas respecto del ataque canino. Como por ejemplo, si el perro murió o se envenenó; o qué habrá visto el perro en mí -sucede que soy bastante delgado.
A continuación les relato lo que pasó: El lunes 16 de mayo a eso del mediodía fui mordido por uno de los incontables perros callejeros que deambulan en Calama. El ataque fue por atrás, en el muslo posterior de mi pierna derecha; el can se acercó sigilosamente y sin mediar provocación alguna de mi parte, enterró sus colmillos en mi pierna. Me angustié mucho, pues recordé una situación que le ocurrió a una amiga muy buenamoza, con unas piernas divinamente maravillosas, que también la mordió un perro con características similares a la mordedura que me afectó a mí. Ella porfiadamente no acudió a un centro médico para hacerse una curación adecuada, cuya consecuencia fue lamentable ya que la herida producto de la mordedura se le infectó, lo que la obligó a ir a un centro asistencial para detener la infección. Pero esta dejación le implicó no sólo
dejar una cicatriz, sino una especie de
hendidura en uno de sus muslos de sus torneadas y largas piernas. Pues bien, ante este flashback mental, concurrí al
hospital Carlos Cisternas, a la unidad de emergencias, y a eso de las 13:07 horas me solicitaron los antecedentes y esperé hasta que fui llamado para la atención médica.

La herida causada por la mordedura del perro no era tan profunda, pero la potencial gravedad para mi salud es enorme por la
posibilidad de infección y un eventual contagio de rabia canina. Finalmente, -después de haberme sentido como pelota de billar, porque en un zigzagueo infinito me enviaban de un box a otro- alrededor de las 17:15 fui atendido. Pero lo que me llamó la atención fue el enterarme de la
inexistencia de una vacuna antirrábica para enfrentar estos casos. Y no sólo Calama tiene carencia de esta vacuna, sino también en todo Chile no cuentan con este antídoto.
Tengo entendido que la rabia canina es casi inexistente en el país, pero no se puede asegurar que esté erradicada, pues eventualmente puede hacer aparición.
Las dosis de las vacunas (180.000 al año) son importadas desde Francia, Italia y Estados Unidos y son fabricadas con un nuevo método de cultivo celular, reemplazando a la composición de las vacunas del ISP que eran a base de cerebro de ratón lactante.
Ahora
cómo se explica la inexistencia de esta vacuna: ¿se habrán agotado?, ¿no se habrán importado?, ¿alguna falla en la gestión?, ¿existirán criterios discriminatorios para estos casos?, ¿algo tendrá que ver la nueva forma de gobernar?.. quien sabe cuál será la explicación de esta situación que eventualmente podría ser gravísisma en caso de detectar la rabia o hidrofobia, pues
las consecuencias son fatales si no se dispone de una vacuna en caso de ser mordido por un perro infectado.
Al término de la edición de este blogs, mi situación de salud no ofrece novedades... estoy bien.
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