Pero qué ha pasado: Longueira ha sido claro en plantear la necesidad de una reforma tributaria, de una rebaja o revisión del impuesto específico de los combustibles, de una rebaja de la tasa máxima convencional, de regular donde hay mucha concentración y asimetrias como el mercado eléctrico, de reconocer las justas demandas del movimiento estudiantil, de defender el posnatal de seis meses, de ser partidario del sueldo ético, de apoyar la eliminación del 7% de cotización en salud de los jubilados, de no tener empacho para apoyar a los organismos pertinentes para investiguen a las empresas que se coluden y abusan perjudicando a los consumidores y de paso echando a perder el negocio y la complicidad natural que siempre ha existido entre la derecha y el empresariado.
Personalmente creo que Pablo Longueira cruzó el umbral y es la partida para que se comience a fraguar su eliminación como político de derecha; esta tendría que ser una misión de mucha sutileza, por el peso que tiene en la derecha el titular de economía. Ya no gusta en el empresariado (no califica), en L&D no lo lo ven como uno de los suyos (nunca fue un "chicago boys" y es un ingeniero civil de la Universidad de Chile), en la UDI actualmente se ve en una posición antagónica a Jovino Novoa que es el otro gran peso pesado del partido; es probable que Longueira, paulatina e imperceptiblemente, en la UDI se estaría quedando solo, aunque se señala que tendría el apoyo de los diputados Iván Moreira y Cristián Letelier, pero más pareciera para no desairar el bagaje político-histórico del actual ministro de economía. Se comienza a percibir que ya no es el líder que antaño había que seguir por la defensa de la filosofía económica implantada en la dictadura y la que Pablo longueira adscribió con entusiasmo y profundamente.
¿Será el inicio del fin de Pablo Longueira?... el tiempo lo dirá, si es que logra vencer o convencer a la poderosa derecha. Y esta cruzada no será nada fácil, considerando el nuevo cariz que ha tomado el ministro Longueira. Ni siquiera Sebastián Piñera la tuvo fácil en su carrera por alcanzar el sillón presidencial, pues antes tuvo que reunirse con el gran empresariado comandado por Eleodoro Matte para tener el visto bueno de éstos y hacer las paces para ser formalizado como candidato presidencial del sector.
El gran empresariado no tolera que nadie le toque lo más preciado que tienen: su bolsillo. Y quien lo diría, desde el centro de la misma derecha surge alguien que les está echando a perder el negocio de la ganancia fácil y en descampado a costa de los abusados consumidores chilenos que comienzan a conocer cómo las empresas los esquilman con altas tasa de interés y con prácticas delictuales como el caso de La Polar y la posible colusión entre los supermercados y de las avícolas de por medio, sin olvidar el caso de las farmacias.
Algunos sostienen que el ministro de economía, Pablo Longueira, está empecinado en la defensa de los consumidores porque prevé un estallido social de grandes proporciones poniendo en riesgo el sistema de libre competencia imperante, en vista de que se mantienen las circunstancias que han generado y levantado voces de protestas de los ciudadanos. También teme que el actual gobierno de la coalición por el cambio no sea más que un episodio y regrese la Concertación al gobierno; de ahí, quizás, su apoyo a Golborne como candidato presidencial, pues aunque el actual titular del MOP catapultado por el exitoso rescate de los 33 mineros políticamente sea insípido -y juega también con esta imagen-, lo relevante es que en las encuestas marca un alto porcentaje de preferencias que lo haría muy funcional para una potencial candidatura presidencial en la UDI . Además, supone que si no se hacen reformas fundamentales en el sistema tributario no será posible sentar las bases para realizar de verdad una reforma en la educación y un mejoramiento del sistema de salud. Pero la derecha no lo entiende y el gran empresariado lo comienza a tener en la mira.
¿Hasta dónde llegará Longueira?...
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