Las dictaduras son todas malas, pero si le preguntan a los chilenos si prefieren una dictadura que le entregue el poder a los ricos como lo hizo Pinochet, o una dictadura que le entregue el poder a los pobres como lo hizo Fidel... La respuesta es fácil en esa hipotética situación límite, no obstante que la dictadura de los ricos prontamente pierden apoyo popular y en la otra el pueblo mayoritarimente logra entender los procesos a que están expuestos. En el caso cubano el problema se expande porque este país en la práctica lleva una guerra con el imperio por más de 50 años.
Son muchos los que participaron de la dictadura de Pinochet y se han levantado para criticar al régimen cubano, demostrando el doble estándar y desfachatez en este tema. La contradicción puede ser una actitud muy humano, pero el cinismo de quienes participaron, colaboraron o miraron para el lado y soslayaron los crímenes del dictador, no se puede tolerar.
La izquierda reconoce que Cuba es una democracia popular, es decir, una dictadura de los pobres. Las derecha no reconoce que el régimen de Pinochet fue una dictadura para los ricos en que se masacró cobardemente a un pueblo indefenso.
En Cuba no existen los detenidos-desaparecidos, hay muy pocos presos políticos y su privación de libertad obedece a cargos que están estipulados en la legislación cubana y no por temas de conciencia.
Tampoco existe la censura literaria como equivocadamente argumentó el escritor Roberto Ampuero para exigir que la Presidenta desista de su periplo por Cuba. Ningún escritor chileno está censurado en la isla, cualquier cubano puede leer a Neruda, Edwards o el best seller de Ampuero: "Nuestros años verde olivo". Por otro lado, la filóloga y bloggera cubana Yaoní Sánchez difunde su pensamiento crítico en contra del gobierno cubano a través de internet. Ella vive en Cuba y tiene bastantes seguidores. Así se cae en la contradicción de hablar de un régimen brutal y totalitario y, por otra parte, se le pedía a la Presidenta reunirse con la oposición, la que supuestamente no debería existir en Cuba.
Cuba tiene problemas económicos y se esperan reformas que den espacio a algún tipo de actividad económica en los cubanos, en paralelo a la economía centralmente planificada que sostiene el régimen cubano.
Ahora en cuanto a las reflexiones de Fidel Castro en torno a tema marítimo con Bolivia, es obvio que no fueron oportunas, porque este tema tan sensible iba a desatar polémica en Chile. En lo que dice Fidel hay verdad -no obstante lo inoportuna de su opinión-, excepto en un punto de su visión histórica de la Guerra del Pacífico -que por lo demás se ha ido imponiendo equivocadamente también entre los chilenos- referente a que Chile le arrebató costa marítima a Bolivia. Esta visión se contrapone a la que señalan los testimonios oficiales que acreditan que la jurisdicción de Chile comenzaba con el desierto de Atacama a partir del río Loa, y que la audiencia de Charcas, antes y después de su inclusión en el Virreinato del Río de la Plata, no tuvo salida propia al mar. Por lo tanto Chile no pudo haber arrebatado costa marítima a Bolivia, sino sólo recuperó un asentamiento de facto que el militar boliviano Santa Cruz había establecido en Cobija, localidad que pertenecía a la jurisdicción de Copiapó, es decir, territorio chileno.
En la práctica este tema es un problema para Chile, que tendrá que tener una solución. Pinochet, en su oportunidad dio indicios de una solución al ofrecer un corredor al norte de Arica a Bolivia; la propuesta no es original del dictador, pero se enmarca dentro de una solución que beneficie a los chilenos y especialmente a los ariqueños. Chile en en corto plazo para su necesario crecimiento económico requiere de recursos hídricos y energéticos que Bolivia los podría proporcionar a cambio de la petición boliviana de salida al mar, que no necesariamente significa ceder soberanía por parte de Chile.
Lo que viene ahora en la derecha -de acuerdo a su plan politiquero- es seguir dándole duro al gobierno de Micelle Bachelet. El discurso crítico pre y post visita de la delegación chilena en La Habana, está escrito por la derecha desde hace mucho tiempo. Sea que el periplo hacia la isla haya sido bueno o malo, la crítica derechista inexorablemente va a ser negativa hacia el gobierno.
Son muchos los que participaron de la dictadura de Pinochet y se han levantado para criticar al régimen cubano, demostrando el doble estándar y desfachatez en este tema. La contradicción puede ser una actitud muy humano, pero el cinismo de quienes participaron, colaboraron o miraron para el lado y soslayaron los crímenes del dictador, no se puede tolerar.
La izquierda reconoce que Cuba es una democracia popular, es decir, una dictadura de los pobres. Las derecha no reconoce que el régimen de Pinochet fue una dictadura para los ricos en que se masacró cobardemente a un pueblo indefenso.
En Cuba no existen los detenidos-desaparecidos, hay muy pocos presos políticos y su privación de libertad obedece a cargos que están estipulados en la legislación cubana y no por temas de conciencia.
Tampoco existe la censura literaria como equivocadamente argumentó el escritor Roberto Ampuero para exigir que la Presidenta desista de su periplo por Cuba. Ningún escritor chileno está censurado en la isla, cualquier cubano puede leer a Neruda, Edwards o el best seller de Ampuero: "Nuestros años verde olivo". Por otro lado, la filóloga y bloggera cubana Yaoní Sánchez difunde su pensamiento crítico en contra del gobierno cubano a través de internet. Ella vive en Cuba y tiene bastantes seguidores. Así se cae en la contradicción de hablar de un régimen brutal y totalitario y, por otra parte, se le pedía a la Presidenta reunirse con la oposición, la que supuestamente no debería existir en Cuba.
Cuba tiene problemas económicos y se esperan reformas que den espacio a algún tipo de actividad económica en los cubanos, en paralelo a la economía centralmente planificada que sostiene el régimen cubano.
Ahora en cuanto a las reflexiones de Fidel Castro en torno a tema marítimo con Bolivia, es obvio que no fueron oportunas, porque este tema tan sensible iba a desatar polémica en Chile. En lo que dice Fidel hay verdad -no obstante lo inoportuna de su opinión-, excepto en un punto de su visión histórica de la Guerra del Pacífico -que por lo demás se ha ido imponiendo equivocadamente también entre los chilenos- referente a que Chile le arrebató costa marítima a Bolivia. Esta visión se contrapone a la que señalan los testimonios oficiales que acreditan que la jurisdicción de Chile comenzaba con el desierto de Atacama a partir del río Loa, y que la audiencia de Charcas, antes y después de su inclusión en el Virreinato del Río de la Plata, no tuvo salida propia al mar. Por lo tanto Chile no pudo haber arrebatado costa marítima a Bolivia, sino sólo recuperó un asentamiento de facto que el militar boliviano Santa Cruz había establecido en Cobija, localidad que pertenecía a la jurisdicción de Copiapó, es decir, territorio chileno.
En la práctica este tema es un problema para Chile, que tendrá que tener una solución. Pinochet, en su oportunidad dio indicios de una solución al ofrecer un corredor al norte de Arica a Bolivia; la propuesta no es original del dictador, pero se enmarca dentro de una solución que beneficie a los chilenos y especialmente a los ariqueños. Chile en en corto plazo para su necesario crecimiento económico requiere de recursos hídricos y energéticos que Bolivia los podría proporcionar a cambio de la petición boliviana de salida al mar, que no necesariamente significa ceder soberanía por parte de Chile.
Lo que viene ahora en la derecha -de acuerdo a su plan politiquero- es seguir dándole duro al gobierno de Micelle Bachelet. El discurso crítico pre y post visita de la delegación chilena en La Habana, está escrito por la derecha desde hace mucho tiempo. Sea que el periplo hacia la isla haya sido bueno o malo, la crítica derechista inexorablemente va a ser negativa hacia el gobierno.
Comentarios
Por todas las razones más arriba expuestas es que podemos afirmar categóricamente y sin temor a equivocarnos de que en Cuba no existe una verdadera democracia libertaria y funcional.
En uno de mis artículos yo me referí as la inexistencia de censura literaria en Cuba, porque los cubanos no tienen prohibición de leer a autores supuestamente censurados en la isla. Lo que pasa es que el estado cubano es el que imprime los textos, pero no imprime todos los libros que se publican en el mundo. Es el caso del best seller de Ampuero, "Nuestros años verde olivo", que el estado cubano no lo va imprimir, pero no tiene ninguna prohibición para que circule, se lea o se promocione -como se hizo en la Feria del libro de la Habana- en Cuba. Pero igual se machaca con el tema de la censura...
Cuba, obviamente, no es una democracia como se estila en el llamado mundo occidental; ellos hablan de una democracia popular, es decir, una dictadura. No obstante, no existen los detenidos-desaparecidos, los presos políticos son muy pocos y la oposición tiene un poderoso respaldo financiero norteamericano. Tienen un obstáculo adicional que es el bloqueo económico norteamericano y los intentos del imperio por desestabilizar y asesinar a Fidel en varias oportunidades. En este contexto el régimen cubano desarrolló una especie de celo para sobrellevar esta verdadera guerra con EEUU.
Los chilenos que tenemos más de 50 años sabemos palmariamente lo que es vivir en dictadura; nadie nos puede contar cuentos en este tema. Como tú sabes Hernán, los chilenos sufrimos una de las dictaduras más crueles y cínicas que se han instalado en el mundo. No obstante que se ha tratado de cohonestar la dictadura aduciendo a lo que "podría haber sido si llegase ha instalarse el comunismo en Chile", lo cierto es que a estas alturas tratar de justificar la dictadura resulta grotesco, teniendo en cuenta todas las mentiras que propaló el régimen de Pinochet en contra de los que no lo apoyaron. Un ejemplo claro de esto es el "Libro Blanco".
A estas alturas del siglo las dictaduras no tienen cabida. Cuba tendrá que dilucidar su problemática, porque uno de los factores que las dictaduras no pueden solucionar es el de su sucesión. Después de Fidel o de Raúl Castro, ¿qué pasará?...
Hernán, gracias por leer mis artículos. La verdad es que me gustaría tener más tiempo para esto, pero trabajo en una empresa contratista que presta servicios a Codelco Norte y mis jornadas de trabajo son muy largas, incluso, a veces, sábados y domingos.