El tema del senador Jovino Novoa es el clásico ejemplo del problema que tiene la derecha en nuestro país. Este es un sector político en que su historia está indisolublemente ligada al horror, a la injusticia y al crimen. Por eso, el chileno común y corriente no confía en este sector. Ahora las personas que participaron y apoyaron a la dictadura deberían dar un paso al lado y alejarse de la política, a menos que públicamente hayan reconocido y pedido sinceras disculpas por el horror que causaron a muchos compatriotas nuestros. Pero en la realidad no ha sido así, por el contrario, cohonestan, justifican o ignoran la masacre de la cual fueron partícipes. En la actualidad, con todos los testimonios de pruebas que existen, además de los desclasificados de la CIA, nadie puede negar, ignorar y justificar la horrenda noche dictatorial derechista. Sería una cobardía moral hacerlo.
En el caso de Novoa, como muchos en la derecha, callaron antes, callaron después y parece que callarán en el futuro.
Ahora con respecto a la designación de Jovino Novoa como próximo Presidente del Senado, se le agrega una gota más al desprestigio de los políticos; por qué, porque el senador Novoa estuvo implicado en un hecho delictual en el que se le acusó injustamente; sin embargo, en términos de opinión pública (el chileno de a pie y común y corriente) existe la certeza rotunda que sólo zafó de ese hecho por su dinero y por su cercanía al poder . Es decir, la gente no cree. Hagan ustedes la prueba con sus amistades al recordarles el caso Spiniak, verán que casi en su totalidad seguirán acusando al senador Jovino Novoa de estar fuertemente implicado en este deplorable caso delictual y de degeneración. Esto le está pasando a todos los políticos. Se agrega el hecho lamentable del senador Flores, que por contubernios "politiqueros" de la denominada "bancada independiente" que integra junto a Zaldívar, Bianchi y Cantero, da su apoyo al ex fucionario de la dictadura.
También cuando Novoa participó activamente de la dictadura (1979 a 1982 como subsecretario), se le hizo seguimientos a Tucapel Jiménez, que finalmente fue asesinado por los brazos criminales de la dictadura. El ex subsecretario de la dictadura no fue inculpado ni se logró establecer una relación con este caso, pero algunos sostienen que debió investigarse más para aclarar totalmente el asesinato del dirigente sindical.
La extraña muerte de Eduardo Frei Montalva ocurre cuando Jovino Novoa era subsecretario de la dictadura, en 1982. En una democracia esto no sería un hecho que implique suspicacias, pero en un sistema en que se sabía que operaban organismos criminales que perseguían a los opositores al régimen -y Frei era un emblemático opositor- se debió tener más control sobre los brazos criminales de la dictadura.
Otro oscuro episodio en que aparece de nuevo involucrado Novoa tiene que ver con el plebiscito de 1988, en que se trató de ensuciar la imagen de Ricardo Lagos contactando a su ex esposa -que tenía problemas sicológicos-, para que lo desacredite públicamente por televisión.
La situación absurda e increíble de que Novoa llega a ocupar la Presidencia del Senado, se da porque se justifica e ignora la masacre, en el que incluso en algunos medios se hace como que si nuestro país jamás hubiese padecido de ese horror. También hay que señalar las "negociaciones" que la derecha hizo con la bancada"independiente" compuesta por senadores ambiciosos, despechados y vengativos que se han prestado para que un ex funcionario de la dictadura llegue a presidir el Senado.
Jovino Novoa cree que con este cargo limpia definitivamente el manchón de su vida política, así como trataron a "machotes" poner al dictador en el senado para darle el título de demócrata, esto no será posible, porque los hechos son porfiados y la historia los pueblos no pueden olvidarla.
Comentarios
Ahora yo no me trato de hacer el objetivo, pero tampoco invento o emito calificativos calumniosos.
Lo de Bachelet, ningún periodista serio podría afirmar lo que dices. Desde la galería se pueden decir muchas cosas pero sin fundamentos ni antecedentes verosímiles.
El gobierno de Pinochet nunca fue legítimo; él las "ofició" de presidente, pero nunca tuvo legitimidad.
Es probable que muchas personas durante la dictadura hayan recurrido a las fuerza cono último recurso de la razón para defenderse de la masacre dictatorial de Pinochet en contra de un pueblo indefenso.