"Políticos, no creyentes" fue el título de un artículo de Carlos Peña hace un tiempo y que en una parte de su texto decía lo siguiente: "...un país (...) ya no quiere oír de grandes relatos acerca del sentido de la historia, sino programas remediales que mejoren su bienestar cotidiano e incrementen la igualdad. Y en eso ¿por qué los comunistas y los democratacristianos no podrían coincidir?" También señalaba que la falange surgió como una alternativa que no necesariamente era anticomunista.
Hay que recordar que el Presidente Frei Montalva dio vida al concepto de "revolución en libertad" y restableció relaciones con todos los países de la otrora órbita socialista. Entonces el título del artículo de hoy de Carlos en El Mercurio (La DC y el PC: durmiendo con el enemigo) me parece un poco paradójico o una contradicción aparente al hablar de enemigo.
El sociolingüista, George Lakoff, escribe rotundo que "el centro ideológico o político no existe" y que en política "es imposible que la mayoría de los asuntos puedan colocarse en una escala lineal y los moderados estén siempre en el punto medio de las escalas. Primero, porque muchos de ellos son asuntos de sí o no: no hay escala." En el caso puntual (pacto con el PC) de si se está de acuerdo con eliminar la exclusión y hacer más legítimo el parlamento habría que pronunciarse y no escudarse y poner a la fuerza temas de una supuesta ética que hay que respetar, según algunos militantes DC que dudo que su incorporación al partido haya sido porque hayan leído sus postulados ideológicos, es mas, creo que ingresan por una cuestión práctica de hacer una carrera. La DC en su historia ha tenido varias divisiones, de éste nació el MAPU y la Izquierda Cristiana. También entre sus filas, internamente se dan unas especies de facciones a las cuales se le asignan nombres bien curiosos que pueden sonar ridículos, como los colorines, los guatones, los príncipes... En este partido conviven personas conservadoras y otras que tienen una visión más progresista. Fue así como muchos apoyaron la dictadura y otros jamás dieron su aprobación al golpe de estado en contra del Presidente Allende. Hay que reconocer que la DC jugó un rol importante en el retorno de la democracia, ya que la mayoría de sus dirigentes reprochó la brutal represión del gobierno pinochetista y en un espectro amplio de partidos, incluyendo al PC, se logró formar una sola fuerza que derrotó al dictador derechista.
Lakoff sostiene que no existe el centro, pero sí existen personas "biconceptuales", que en algunos aspectos de sus vidas son conservadores y en otros progresistas. Y ahí está la tarea de hacer que la fuerza de los valores progresistas sea mayor que el egoísmo y agresividad conservadora que tienen las personas.
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