
No, no anda perdido, está en una frenética campaña apoyando al magnate criollo y candidato presidencial Sebastián Piñera y también a cuanto candidato de la derecha se lo pida, es decir, apoyando al sector el político que ahora abraza el "senador" después de su patética vuelta de carnero. Hay que recordar que Flores fue ministro de Salvador Allende y fue prisionero político en la isla Dawson junto a conspicuos dirigentes del gobierno de la Unidad Popular, no obstante hoy día hace campaña, pactos y apoya a los mismos que masacraron a sus amigos durante el sanguinario régimen derechista de Pinochet.
Es más, en el diario El Mercurio del día 31 de octubre de 2009 apareció una entrevista al ausente senador en que se manda esta frase: "La gente quiere a un Bielsa, no quiere más rasqueríos"
Fernando Flores dice que va a votar por Piñera, pero éste tiene una conducta diametralmente opuesta al exitoso técnico argentino. Marcelo Bielsa no tiene nada que ver con el candidato de la derecha, es más, son polos opuestos. El pensamiento de Bielsa está ligado a la centroizquierda, es un hombre que públicamente reconoce sus errores, el dinero y el poder para él no son una obsesión, no desacredita a sus colegas para postularse a un equipo, no inventa que es profesor titular de una prestigiosa universidad, él no se cambia "chanterilmente" de club (Newell's será siempre su equipo), le da un componente ético y filosófico a su trabajo y es un hombre que no hace trampas ni ha estado perseguido por la justicia por delitos o faltas ni ha tenido que pagar para zafarse de ellos. Tampoco hace ofertas populistas que corrompen al pueblo como la de ofrecer bonos u otras formas de sobornos.
El inefable senador por Tarapacá, Arica y Parinacota ha tenido conductas propias del "rasquerío", como cuando insultó a un periodista porque no le gustaron las preguntas que le hicieron o en otra que abandonó una entrevista televisiva.
Entonces ¿quién es el rasca?
Comentarios
Tu comentario sobre Fernando Flores me merecen algunas reflexiones, comenzando por decirte que fueron reconocidos sus aportes a nivel de empresas, aunque a mi me parecía curioso su increible cambio de visión sobre el mundo..(como ministro marxista de Salvador Allende, su visión estatista era reconocida), por lo tanto, su cambio hacia la economía social del mercado, al menos para mi, fue muy interesante, sin ser un admirador de su persona. Por lo mismo, no me sorprende que ahora apoye a quienes antes eran sus adversarios políticos históricos. Los que hablan de traición, me parece que exageran, y no alcanzan a entender que lo importante a nivel de pensamiento es mantener un espíritu crítico; la legitimidad de la convivencia democrática humana se funda en mantener la tolerancia frente a cambios en las visiones personales. Podrá causar muchas veces molestia el estilo y el carácter de Flores, pero no se puede ser ciego a que tiene todo el derecho del mundo a cambiar y a formar parte de otro equipo político y de pensamiento cuando ha sido testigo de tantos hechos, no sólo de corrupción en su ex coalición (quien puede desmentir que han ocurrido tantos hechos de corrupción con la concertación gobernante) sino que, de estancamiento en cuanto a nuevas ideas sobre la manera de progresar. Lo mismo han hecho MEO, Alejandro Navarro, Jorge Arrate, Carlos Ominami y, tantos otros, al retirarse de la Concertación..¿son acaso ellos traidores también?. Si los electores de Flores no están de acuerdo con sus cambios, segúramente no votarán por él, si se les da la oportunidad, pero intuyo que muchos lo eligieron precísamente por su estilo frontal de encarar los problemas, siempre dispuesto a aceptar lo nuevo (por lo menos éso es lo que veo cuando formula sus discursos).
Saludos.
MEO, Navarro , Arrate y otros se podrán haber ido de la Concertación pero su cosmovisión se enmarca en una posición de centro izquierda.
Cualquier persona es libre de cambiarse de partido, pero cuando la vuelta de carnero es tan grande que se va al extremo contrario, las personas, equivocadass o no, a eso le llaman traición.
No creo que en Chile hoy día existan personas que propongan una economía centralmente planificada o estatizada, todos en la actualidad hablan de mercado, y cuando se acusa a la izquierda o centro izquierda de que quieren estatizar la economía, se hace a modo de caricaturizar a este sector político, pues implica algo pasado de moda que choca con una realidad económica y cultural vigente. Así se puede adscribir a una economía sociasl de mercado y ser progresista. El mismo Arrate habla que hay que preservar mercados para la PYME. Pero lo que no se tolera es la supuesta "mano invisible" de la economía de mercado, sino que muchas veces se requiere un cierto énfasis dirigido en áreas que se pretenden desarrollar. Se requiere regulación y protección.
En educación, previsión y salud el mercado no sirve.