
Desde que se supo del supuesto espionaje del suboficial de la Fuerza Aérea Peruana, Víctor Ariza, en favor de Chile, llamó la atención el histerismo histriónico del presidente peruano Alan García que se encontraba en la cumbre de la Apec en Singapur. El presidente inca emitió agresivas y ridículas frases en contra de nuestro país y la presidenta Michelle Bachelet. Habló de que Chile era una "republiqueta" y que estábamos envidioso del crecimiento económico peruano, y esa era la razón de porqué Chile los espiaba. Sin duda que sonó muy inusual la actitud de García, exponiendo al ridículo al Estado, gobierno y Fuerzas Armadas peruanas.
En el transcurso de los días se ha ido depurando y conociendo más las aristas de este tema que ha tensionado aún más las relaciones entre Chile y Perú.
Hay que dejar establecido tres cosas cuando se habla de espionaje entre países. Lo primero es que todos los países tienen cuerpos de inteligencia que entre sus funciones está la de conseguir información de sus potenciales contrincantes, y de los países amigos también. Lo segundo es que todos los países van a negar que se use procedimientos de espionaje para conseguir información militar o la que fuere de interés. Y tercero es que es muy difícil, casi imposible, comprobar las acciones de espionaje. De ahí es que Alan García se metió en un verengenal al exigir que Chile reconozca este supuesto espionaje en que el gobierno peruano dice tener pruebas contundentes. Han armado una alharaca diciendo que van a presentar las pruebas a Interpol y también van a exponer en Unasur este capítulo de espionaje.
Hace años, específicamente el 20 de enero de 1979, Julio Vargas Garayar, un suboficial de la Fuerza Aérea de Perú, se convirtió la última persona fusilada tras un juicio en el vecino país. Lo acusaron de traición. De espiar para Chile, fotografiando la base aérea de La Joya, el principal reducto de la aviación militar peruana. Treinta años después de los hechos y en medio de la tensión por el nuevo caso de espionaje, María Consuelo Vargas, hija del fusilado militar, se decidió a subir un video a Youtube. En él cuenta la historia de lo que llama un asesinato y habla de una familia sentenciada a la pobreza.
En nuestro país también se han detectado casos de espionaje:
Agosto de 2009: denuncia de interceptación por un ex agregado naval peruano de correos electrónicos de oficiales de la FACh.
Abril de ese año: peruano sorprendido fotografiando instalaciones navales en Valparaíso.
Abril de 2001: se descubre la interceptación de las comunicaciones de la embajada chilena en Lima.
Todos estos episodios fueron manejados y rápidamente superados con discreción y diplomacia.
Se han esbozado varias teorías respecto de la actitud de Alan García. Se dice que toda esta opereta es para desprestigiar a nuestro país y ponerlo como un país belicista y agresor. Y relacionado con esto se vocifera por todos lados que Chile con su reequipamiento militar está en una desenfrenada carrera armamentista y no reconocería un fallo hipotéticamente adverso de la Corte Internacional de la Haya en relación a la demanda marítima interpuesta por el gobierno peruano. Otra dice, incluso AlanGarcía lo insinuó, que posiblemente haya un pacto secreto de Chile y Bolivia para solucionar el tema de la mediterraneidad del país altiplánico en el cual Perú debería ser consultado según los tratados firmados después que nuestro país venció en la Guerra del Pacífico.
Pero lo que tiene más asidero es que el propio Alan García -con el olfato político que tiene- se haya dado cuenta que está frente a una crisis interna de mando en la cúpula del rimac y que él mismo corre riesgo ante una ofensiva nacionalista y antichilena, que ve con recelo y paranoia el reequipamiento de las Fuerzas Armadas chilenas, el despliegue de inversionistas chilenos en el Perú que alcanza a los US$7.000 millones siendo los capitalistas chilenos los más importantes para el crecimiento de Perú abarcando casi todos los ámbitos de la economía de país del seviche: puertos, transporte, retail, minería, energía...etc.
La pluma de la periodista peruana Vicky Peláez es muy ilustrativa cuando publica en el diario latino La Prensa de Nueva York, lo siguiente: "Por eso no extraña que la captura en Lima del suboficial de la Fuerza Aérea del Perú Víctor Ariza, acusado de espiar para Chile, y presentada con bombos y platillos, sea uno de sus trucos hipnotizadores con el que se quiere tapar la descarada venta del Perú a los inversionistas chilenos, patrocinada por el mismo García, lo que ya estaba produciendo la indignación general. (...) El Perú, cuya riqueza natural e infraestructura económica Alan García está tratando de rematar, siguiendo el ejemplo de sus predecesores, especialmente de la dupla Fujimori -Montesinos, representa una oportunidad única para aliviar los problemas económicos chilenos, cuyo gobierno facilita cómodo crédito financiero a los que quieren hacer negocio en Perú. La “chilenización” del Perú empezó aceleradamente con la famosa frase de Pinochet a los hombres de dinero: “compren en el Perú, está barato”. Ahora son dueños de cadenas de supermercados, hoteles, del aeródromo Collique, terrenos de cultivo, construcciones de casas, minas, puertos y se apoderaron del transporte aéreo, marítimo y terrestre peruanos sin disparar un tiro, solo ofreciendo un puñado de dólares al corrupto gobierno con la venia de los militares."
Al parecer el gobierno de Alan García tambalea, además, que tiene muy baja popularidad (28% de adhesión). El presidente peruano ha encontrado en este episodio la oportunidad de presentarse sin pudor ante sus compatriotas como el campeón del nacionalismo y antichilenismo para aumentar su popularidad y aplacar a las fuerzas ultranacionalistas que no sólo están fuera del gobierno, sino también dentro, como es el caso de Luis Giamprieti, Vice Presidente del Perú, Almirante en retiro y ex fujimorista y que es partidario de aumentar el gasto militar, en contraposición a lo que vocifera García respecto a la compra de armamentos que ha venido realizando Chile.
Así es el caso de Alan García, otrora gran idealista del popular partido APRA fundado por Haya de la Torre, ahora revenido como derechista antichileno, después de haberse fugado de su país acusado de ladrón durante su primer gobierno.
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