El encuentro -que fue muy divertido- entre los dos mandatarios que ningún medio de prensa no quiso o no pudo publicar, especialmente los de derecha, se los enseño a grandes rasgos en este resumen del pintoresco encuentro. Una cosa fue clara: nunca Sebastián Piñera había estado tan sus anchas y tan feliz como en esta ocasión. El presidente Piñera le preguntó insistentemente por el estado de salud de Chávez y éste le respondió que la había pasado mal, pero confía en Dios por su recuperación para seguir liderando a su pueblo y contribuir a la hermandad latinoamericana. En este contexto Hugo Chávez ofreció petróleo a un muy bajo costo a los chilenos. En otra arista del encuentro el presidente Chávez recitó poemas de Pablo Neruda y Píñera cantó canciones de su hermano, el "Negro" Piñera, que el Mandatario venezolano preguntó insistentemente por él, para un próximo encuentro.

El mediático e inusitado encuentro partió con un efusivo abrazo de Tatán con Hugo en la calurosa Caracas; después vino el paseo en helicóptero entre los dos mandatario en que el piloto obviamente era el chileno; luego vino el canto a dúo a través de la televisión venezolana de un clásico bolero del cancionero popular; no podía faltar el programa "Aló Presidente" -esta vez como invitado especial Piñera- donde Chávez da respuesta en vivo de las inquietudes de los venezolanos; posteriormente siguieron con una animada conversación entre ellos, en que el Mandatario venezolano le explicaba al Presidente Piñera las reglas del béisbol y, éste, hacía lo suyo con su similar en cuanto a los secretos y los requerimientos para la práctica del buceo; finalmente se celebró una misa a la que asistieron los dos mandatarios, que son reconocidamente católicos. Pero un momento que llamó mucho la atención de quienes estaban cercanos a los dos Mandatarios, fue cuando se alejaron para tener más privacidad en sus diálogos; sin embargo, una fuente que no resistió la curiosidad afirma que Hugo le hizo una propuesta a Tatán para entrar al negocio petrolero una vez terminado el mandato del chileno. Todo esto fue matizado con ron y vino, con chistes en que las carcajadas retumbaban en los alrededores del encuentro.

Piñera nunca había estado tan feliz en un encuentro con otro mandatario. Se sentía como chancho en el barro con Hugo. El mandatario chileno le cursó una invitación a su similar venezolano para un encuentro en Caburga, a lo que Chávez aceptó encantado. Además le contó que era vecino de Michelle.
Pero todo esto es "chamullo", es ficción, porque Piñera sabe que no podrá sentir el regocijo de estar con alguien que en el fondo, paradojalmente, es parecido a él, pues la derecha vería con muy malos ojos la potencial complicidad natural de estos presidentes y el consiguiente acercamiento entre nuestro país y Venezuela.
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