La encuesta Adimark señala que sólo un 46% aprueba la conducción del Presidente, mientras la medición del mes de mayo arrojaba un 52%. La desaprobación llega al 40%, bastante más que el 34% del mes anterior.
Aún no se pueden sacar conclusiones categóricas respecto de la evaluación del gobierno, pero se vislumbra un creciente descontento por la forma en que se está conduciendo el país. Muchos se encuentran arrepentidos de haber votado por el actual Mandatario.
En cuanto a la percepción de Piñera entre los ciudadanos, que lo ven lejano, no creíble, el Mandatario debería revisar los videos en que aparece cuando se enfrenta a situaciones de emergencia o tragedia. La cara del Presidente o lo que él proyecta no concuerda con los hechos aflictivos y dolorosos de la circunstancia. Por ejemplo Piñera no puede hablar de la emergencia que enfrenta en estos momentos los mineros del yacimento San José, en Copiapó, con la cara llena de risa. No quiero decir que Sebastián Piñera sea un sádico, pero a él inconscientemente le brota en el semblante de su rostro una especie de sonrisa cuando está en medio de una catástrofe. Así, por lo menos a mí me pareció, cuando ocurrió el terremoto, y también ahora en la actual emergencia que afecta a los mineros de Copiapó.
Un Presidente hiperventilado, que se preparó toda la vida para llegar al cargo que ocupa, que habría que buscar en los meandros de su personalidad para comprender esa especie de satisfacción de, quizás, sentirse el gran salvador, pero la expresión de su cara se trasunta en un paradógico y exultante semblante que no se condice con las circunstancias difíciles y trágicas que rodean los hechos.
Puede ser que esto influya en la percepción de los chilenos en relación a la lejanía, desconfianza y escasa credibilidad de Sebastián Piñera.
Aún no se pueden sacar conclusiones categóricas respecto de la evaluación del gobierno, pero se vislumbra un creciente descontento por la forma en que se está conduciendo el país. Muchos se encuentran arrepentidos de haber votado por el actual Mandatario.
En cuanto a la percepción de Piñera entre los ciudadanos, que lo ven lejano, no creíble, el Mandatario debería revisar los videos en que aparece cuando se enfrenta a situaciones de emergencia o tragedia. La cara del Presidente o lo que él proyecta no concuerda con los hechos aflictivos y dolorosos de la circunstancia. Por ejemplo Piñera no puede hablar de la emergencia que enfrenta en estos momentos los mineros del yacimento San José, en Copiapó, con la cara llena de risa. No quiero decir que Sebastián Piñera sea un sádico, pero a él inconscientemente le brota en el semblante de su rostro una especie de sonrisa cuando está en medio de una catástrofe. Así, por lo menos a mí me pareció, cuando ocurrió el terremoto, y también ahora en la actual emergencia que afecta a los mineros de Copiapó.
Un Presidente hiperventilado, que se preparó toda la vida para llegar al cargo que ocupa, que habría que buscar en los meandros de su personalidad para comprender esa especie de satisfacción de, quizás, sentirse el gran salvador, pero la expresión de su cara se trasunta en un paradógico y exultante semblante que no se condice con las circunstancias difíciles y trágicas que rodean los hechos.
Puede ser que esto influya en la percepción de los chilenos en relación a la lejanía, desconfianza y escasa credibilidad de Sebastián Piñera.
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