Todo el mundo quedó impresionado con la maravillosa realización de los Juegos Olímpicos 2008 efectuado por la República Popular China. Ellos se empecinaron en demostrarle al mundo de lo que son capaces, dado su fuerte crecimiento económico, capacidad organizativa y ancestral disciplina lograron realizar los Juegos Olímpicos más espectaculares de la historia. Se estima que Beijing se gastó US$40.000 millones en preparar el evento, incluyendo infraestructura, transporte, medidas antipolución e instalaciones. Esta inversión es la más alta que se haya realizado en una sede olímpica en la historia de estos juegos. Pero no sólo se quedaron en ese aspecto, sino también usaron sus enormes recursos y disciplina combinado con modernos métodos de entrenamiento deportivo que, finalmente, dieron como resultado la obtención de la mayor cantidad de medallas de oro, superando a los Estados Unidos en esta oportunidad.
El conocimiento que tenemos de este milenario país en este lado del mundo es muy poco. Sabemos mucho de la antigua Egipto, de la Cultura Griega y del Imperio Romano, pero del país situado al este de Asia, que tiene 1.300 millones de habitantes (censo 2004), que es el cuarto en el mundo en extensión territorial (después de Rusia, Canadá y Estados Unidos) y que recientemente logró superar a EEUU al lograr más medallas de oro en los Juegos Olímpicos 2008, no sabemos casi nada.
La teoría económica del libre mercado, supone para su desarrollo práctico, la existencia de un gran mercado; y en este sentido China calza perfectamente como un factor eficaz para el desarrollo de esa teoría económica. Este es un país con una inmensa población, es decir, una gran cantidad de consumidores que progresivamente han ido elevando su poder adquisitvo al ir incorporando reformas con tinte capitalista en su sistema. Los países, especialmente los exportadores de materias primas, están mirando en estos momento el mercado chino, pues pareciera que su demanda fuese ilimitada. Y por el otro lado está la enorme oferta de mano de obra barata que ofrece el país asiático a los inversionistas. De ahí que se le ha llamado a China "la fábrica del mundo". Si observamos nuestra ropa, los artículos electrónicos, automóviles, etc. constataremos esa realidad que se le asigna a este milenario país asiático.
La República Popular China, que es el nombre por cual fue proclamada el 1 de Octubre de 1949 por Mao Zedong, después de una convulsión civil, es un Estado comunista que tuvo su inspiración en el modelo soviético socialista, pero después fue tomando un rumbo particular al darle a los campesinos mayor importancia que a la población de las urbes, contrario a la posición soviética que consideraba al proletariado de las urbes como más capacitados para derribar el poder burgués.
En el sistema político chino el Partido (Partido Comunista Chino) es el ente principal de gobierno y se supeditan a su poder el Ejército y el Estado. El actual presidente de China es: Hu Jintao.
Existe un parlamento formado por 3.000 delegados, que se reúne una vez al año. El nombre que recibe este inmenso parlamento es el de Asamblea Popular Nacional.
No existe un poder judicial independiente, con la excepción de Hong Kong y Macao donde se mantienen los sistemas jurídicos británico y portugués.
El principal flanco de críticas que recibe China es lo que se refiere a la violación a los derechos humanos; muchos países han tratado de soslayar este tema para no interferir en las relaciones comerciales con el Estado chino.
Si bien China es un país comunista, sus gobernantes en las últimas décadas han llevado a cabo una serie de reformas que han significado una apertura hacia el capitalismo, pero no augura un cambio radical es ese sentido, sino una forma de dar viabilidad al mantenimiento del Partido Comunista en el poder para conducir la construcción del socialismo. La economía china ha venido creciendo sostenidamente a una tasa del 9% anual, llegando a representar el 4% del PIB mundial. Es el principal consumidor de minerales y cereales, productos que resultan claves en la canasta exportadora de nuestra región.
Después de transcurridas casi tres décadas de reformas económicas conducentes a la institución de un socialismo de mercado impulsado y dirigido por el Partido Comunista de China, y si persisten las actuales tasas de crecimiento, situarán a China en el mediano plazo como la primera potencia industrial del mundo.
No obstante el crecimiento económico de China y la mejora de los salarios de campesinos y obreros, el nivel de vida de éstos no ha mejorado lo suficiente en relación a su empuje económico. Los chinos saben positivamente que el capitalismo trae aparejado la desigualdad social, por ello El Comité Central del Partido ha tomado la decisión de alcanzar para el 2010 un aumento del 100% del ingreso per cápita, de tal forma que el bienestar llegue efectivamente a todos.
¿Cuándo pararán las reformas?, es difícil saberlo. El PCCH sostiene que aun falta por desarrollar el interior del país, porque hasta ahora son las zonas costeras las que han disfrutado del desarrollo.
Es probable que China se vea obligado a eliminar todo vestigio de planificación centralizada y subsidios, además de incorporar normas como las leyes de protección de la propiedad intelectual; es decir, China tiene que demostrar que es un economía abierta que entra al comercio de la economía de mercado sin ningún proteccionismo.
En todo caso el PCCH controla la economía y está a la cabeza del Estado; participa en calidad de accionista mayoritario en las empresas o tiene un número de directores importantes que le permiten orientar las inversiones a los sectores deseados y establecer precios razonables. Pero en otro sentido, también se ha permitido el ingreso de capitalistas al partido, lo que se ha denominado la teoría de la triple representatividad, es decir, convivencia entre capitalistas, sectores progresistas de la sociedad que no forman parte de la clase obrera, y los componentes tradicionales del partido.
Las tareas del presente los chino las están cumpliendo en este capitalismo regulado del peculiar sistema socialista chino; pero la pregunta que surge es hacia dónde va China con las reformas introducidas a su sistema.
*Fuente: Javier Meneses; sociólogo, integrante del Centro de Información Georeferenciada David Silberman. "Revista Pluma y Pincel".
El conocimiento que tenemos de este milenario país en este lado del mundo es muy poco. Sabemos mucho de la antigua Egipto, de la Cultura Griega y del Imperio Romano, pero del país situado al este de Asia, que tiene 1.300 millones de habitantes (censo 2004), que es el cuarto en el mundo en extensión territorial (después de Rusia, Canadá y Estados Unidos) y que recientemente logró superar a EEUU al lograr más medallas de oro en los Juegos Olímpicos 2008, no sabemos casi nada.
La teoría económica del libre mercado, supone para su desarrollo práctico, la existencia de un gran mercado; y en este sentido China calza perfectamente como un factor eficaz para el desarrollo de esa teoría económica. Este es un país con una inmensa población, es decir, una gran cantidad de consumidores que progresivamente han ido elevando su poder adquisitvo al ir incorporando reformas con tinte capitalista en su sistema. Los países, especialmente los exportadores de materias primas, están mirando en estos momento el mercado chino, pues pareciera que su demanda fuese ilimitada. Y por el otro lado está la enorme oferta de mano de obra barata que ofrece el país asiático a los inversionistas. De ahí que se le ha llamado a China "la fábrica del mundo". Si observamos nuestra ropa, los artículos electrónicos, automóviles, etc. constataremos esa realidad que se le asigna a este milenario país asiático.
La República Popular China, que es el nombre por cual fue proclamada el 1 de Octubre de 1949 por Mao Zedong, después de una convulsión civil, es un Estado comunista que tuvo su inspiración en el modelo soviético socialista, pero después fue tomando un rumbo particular al darle a los campesinos mayor importancia que a la población de las urbes, contrario a la posición soviética que consideraba al proletariado de las urbes como más capacitados para derribar el poder burgués.
En el sistema político chino el Partido (Partido Comunista Chino) es el ente principal de gobierno y se supeditan a su poder el Ejército y el Estado. El actual presidente de China es: Hu Jintao.
Existe un parlamento formado por 3.000 delegados, que se reúne una vez al año. El nombre que recibe este inmenso parlamento es el de Asamblea Popular Nacional.
No existe un poder judicial independiente, con la excepción de Hong Kong y Macao donde se mantienen los sistemas jurídicos británico y portugués.
El principal flanco de críticas que recibe China es lo que se refiere a la violación a los derechos humanos; muchos países han tratado de soslayar este tema para no interferir en las relaciones comerciales con el Estado chino.
Si bien China es un país comunista, sus gobernantes en las últimas décadas han llevado a cabo una serie de reformas que han significado una apertura hacia el capitalismo, pero no augura un cambio radical es ese sentido, sino una forma de dar viabilidad al mantenimiento del Partido Comunista en el poder para conducir la construcción del socialismo. La economía china ha venido creciendo sostenidamente a una tasa del 9% anual, llegando a representar el 4% del PIB mundial. Es el principal consumidor de minerales y cereales, productos que resultan claves en la canasta exportadora de nuestra región.
Después de transcurridas casi tres décadas de reformas económicas conducentes a la institución de un socialismo de mercado impulsado y dirigido por el Partido Comunista de China, y si persisten las actuales tasas de crecimiento, situarán a China en el mediano plazo como la primera potencia industrial del mundo.
No obstante el crecimiento económico de China y la mejora de los salarios de campesinos y obreros, el nivel de vida de éstos no ha mejorado lo suficiente en relación a su empuje económico. Los chinos saben positivamente que el capitalismo trae aparejado la desigualdad social, por ello El Comité Central del Partido ha tomado la decisión de alcanzar para el 2010 un aumento del 100% del ingreso per cápita, de tal forma que el bienestar llegue efectivamente a todos.
¿Cuándo pararán las reformas?, es difícil saberlo. El PCCH sostiene que aun falta por desarrollar el interior del país, porque hasta ahora son las zonas costeras las que han disfrutado del desarrollo.
Es probable que China se vea obligado a eliminar todo vestigio de planificación centralizada y subsidios, además de incorporar normas como las leyes de protección de la propiedad intelectual; es decir, China tiene que demostrar que es un economía abierta que entra al comercio de la economía de mercado sin ningún proteccionismo.
En todo caso el PCCH controla la economía y está a la cabeza del Estado; participa en calidad de accionista mayoritario en las empresas o tiene un número de directores importantes que le permiten orientar las inversiones a los sectores deseados y establecer precios razonables. Pero en otro sentido, también se ha permitido el ingreso de capitalistas al partido, lo que se ha denominado la teoría de la triple representatividad, es decir, convivencia entre capitalistas, sectores progresistas de la sociedad que no forman parte de la clase obrera, y los componentes tradicionales del partido.
Las tareas del presente los chino las están cumpliendo en este capitalismo regulado del peculiar sistema socialista chino; pero la pregunta que surge es hacia dónde va China con las reformas introducidas a su sistema.
*Fuente: Javier Meneses; sociólogo, integrante del Centro de Información Georeferenciada David Silberman. "Revista Pluma y Pincel".
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