Estos dos conceptos no engranan fácilmente, porque involucra un desfase generacional. Para mi generación (tengo 50 años) resulta tremendamente difícil introducirse en este maravilloso y casi mágico mundo cibernético, en el cual, ahora, muchos pueden disfrutar con las opciones que entrega internet
Confieso que soy casi un analfabeto en el manejo computacional, pero espero, aunque muy lentamente, adquirir más destrezas o conocimientos para poder interactuar a través de la red de la manera más óptima posible. Sé que muchos contemporáneos míos han declinado en este enfrentamiento; y los comprendo, porque no nacimos -como lo hacen ahora los niños- con la tecnología actual, que además su desarrollo crece a un ritmo vertiginoso, y requiere de una permanente actualización de los usuarios de esta tecnología.
En mi época la forma de comunicarse con personas que estaban lejos, era a través de cartas que se enviaban por correo tradicional. También existía el teléfono, pero con una tecnología inferior a la actual y, además, no tenía la masificación que ahora tiene en que se han agregado los diminutos teléfonos celulares. Para escuchar música o canciones de gusto personal había que comprar unos discos negros de acetato muy grandes para la cantidad de temas incluidos; y si su utilización era muy frecuente se corría el riesgo que se dañaran. En fin, la diferencia ahora aparece abismal, y por eso este tema de la tecnología actual e implementos correspondientes nos parecen tan complejos a los que sobrepasamos el medio siglo de vida.
Según informaciones recientes aparecidas en la prensa, se dice que en Chile -a pesar de las dificultades que tenemos los mayores- a aumentado el uso de internet en los grupos etarios más altos. Ojalá que este tema se masifique aún más y que su costo también sea accesible a todos los sectores sociales y económicos.
Confieso que soy casi un analfabeto en el manejo computacional, pero espero, aunque muy lentamente, adquirir más destrezas o conocimientos para poder interactuar a través de la red de la manera más óptima posible. Sé que muchos contemporáneos míos han declinado en este enfrentamiento; y los comprendo, porque no nacimos -como lo hacen ahora los niños- con la tecnología actual, que además su desarrollo crece a un ritmo vertiginoso, y requiere de una permanente actualización de los usuarios de esta tecnología.
En mi época la forma de comunicarse con personas que estaban lejos, era a través de cartas que se enviaban por correo tradicional. También existía el teléfono, pero con una tecnología inferior a la actual y, además, no tenía la masificación que ahora tiene en que se han agregado los diminutos teléfonos celulares. Para escuchar música o canciones de gusto personal había que comprar unos discos negros de acetato muy grandes para la cantidad de temas incluidos; y si su utilización era muy frecuente se corría el riesgo que se dañaran. En fin, la diferencia ahora aparece abismal, y por eso este tema de la tecnología actual e implementos correspondientes nos parecen tan complejos a los que sobrepasamos el medio siglo de vida.
Según informaciones recientes aparecidas en la prensa, se dice que en Chile -a pesar de las dificultades que tenemos los mayores- a aumentado el uso de internet en los grupos etarios más altos. Ojalá que este tema se masifique aún más y que su costo también sea accesible a todos los sectores sociales y económicos.
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