Es bueno que la elite que integra en cierto modo las estructuras de poder y que tiene un corazón político claramente -aunque ellos pretenden disimularlo- simpatizante con el actual gobierno, comiencen a sacarse la máscara de la hipocresía y generen los disparos a Bielsa por todo y por nadaLo que expuso Bielsa es lo que no entendieron o no quisieron entender los periodistas que criticaron las decisión del técnico de la roja al regresar a los seleccionados de la "U".
Concuerdo con Bielsa que es una buena forma de plantear si los clubes están dispuestos a ser verdaderamente generosos con la selección, porque de lo contrario va a pasar la situación que ocurrió con Universidad de Chile, que en el fondo no querían facilitar sus seleccionados para los encuentros pactados por la selección chilena en el extranjero.
También, en la coordinada crítica que se le hizo a Bielsa hay un trasfondo político en dos sentidos.Uno es que se quiere cambiar al presidente del fútbol chileno Harold Mayne-Nocholls que precisamente trajo al rosarino a Chile; y el otro es que a Bielsa le van a buscar cualquier detalle, cuaquier caída, la quinta pata al gato... porque no le perdonan su posición política y que no se haya subido a las payasadas comunicacionales de Sebastián Piñera.
Ahora en relación a Cereceda, no está todavía definido positivamente si este jugador es un dragadicto -como lo sostiene Soledad Bacarreza-, pues se requiere una contramuestra y que el futbolista explique las circunstancia de qué pasó en caso de que efectivamente el test de droga sea positivo.
Si efectivamente Cereceda es un adicto a la cacaína, tampoco se le puede crucificar, al contrario se le debería de ayudar y ponerlo en tratamiento.
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