Esta pregunta parece no tener respuesta en la actualidad para la ciudad de la eterna primavera, su población disminuye, hay poca inversión, la economía no crece, sus habitantes se sienten abandonados y sus jóvenes desean irse al centro del país, lo que no augura un buen futuro.
La historia económica de Arica se caracteriza por por estar impregnada de ciclos de mucha bonanza y otras en el lado opuesto. No se ve una línea económicamente estable en el tiempo.
Cuando llegaron los españoles por estas tierras (1536), se produjo en esos años uno de los hechos de máxima importancia para impulsar la zona como fue el descubrimiento de los ricos minerales de Potosí en el Alto Perú (actual Bolivia).
En este contexto se funda la ciudad de Arica por el empresario y conquistador, Lucas Martínez Vegazo, quien además de fundar esta tierra deseada un 25 de abril de 1541 como Villa San Marcos de Arica, fue el primer encomendero del territorio que en nuestros días corresponde a la Región de Arica y Parinacota y la Región de Tarapacá.
Pero como ha sido la constante de Arica, su brillantez y pujanza que se vio hasta la colonia, llegaba a su fin.
Además en el siglo XIX tuvo que soportar terremotos y maremotos y epidemias que asolaron la zona.
Después vino la Guerra del Pacífico en que Chile se quedó con los territorios de Tarapacá pero quedó en suspenso la situación de Arica y Tacna, determinándose en 1929 la división territorial en el tratado de Lima, y Arica pasó a formar parte definitivamente del territorio chileno.
Tras el acuerdo de 1929 no hubo grandes cambios para la ciudad de Arica y sus habitantes tenían en su espíritu la sensación de haber perdido en la Guerra del Pacífico.
"El Departemento de Arica carece de industrias y establecimientos fabriles; tampoco existe pesca organizada comercialmente. Sus habitantes deben parar sus anhelos de mejoramiento económico en la agricultura y sus derivados. La primera impresión que recoge el visitante es que Arica atraviesa por una crisis económica". Esto era publicado el 16 de julio de 1930 por el general en retiro Carlos Harms, en el periódico El Ferrocarril.. Parece una película repetida si se compara con la actual coyuntura de la ciudad.
Los grandes cambios de la ciudad llegaron en la década del 50 con la creación del Puerto Libre y la Junta de Adelanto, impulsadas por la mirada visionaria del presidente Carlos Ibáñez del Campo, considerado por los ariqueños el benefactor de la ciudad. Fue así que en el inicio de su su segundo gobierno (1952 - 58) el general dictó el decreto supremo con fuerza de Ley (DFL) 303 que hizo nacer el Puerto Libre, hecho grabado indeleblemente en el corazón y mente de los ariqueños.
Así se genera una época de gloria para Arica, que triplicó su población, al pasar de 20 mil a 60 mil habitantes. En esa época el comercio fue el que sustantivamente le dio vida a la ciudad con los artículos importados de gran calidad y buen precio.
Si bien el Puerto Libre significó un salto cuantitativo en el desarrollo de la ciudad, la palanca de desarrollo que significó progreso en términos de crear una infraestructura de una verdadera urbe, fue la Junta de Adelanto de Arica (JAA); ente creado por ley 13.039 del 24 de septiembre de 1958, cuya fuente de financiamiento provenía de los aranceles aduaneros y de los impuestos de compraventa que acá quedaban. "La Junta de Adelanto lo hizo todo, menos el Morro", es una frase que los ariqueños la pronunciamos -siendo una metáfora- con total convicción. La "Tía Rica" lo hacía todo en grande y de calidad. Sería largo enumerar la plétora obras que hizo la JAA. Por eso los ariqueños sabemos lo que es bueno, lo que es calidad y progreso.
La creación de la JAA no sólo permitió que Arica adquiriera status de gran y hermosa ciudad, sino también significó un fuerte desarrollo industrial convirtiéndose en un polo de desarrollo del país.
Después vino la gran tragedia de Arica en manos del derechista gobierno de Augusto Pinochet. Lo que hizo el régimen militar con Arica implicó un desmantelamiento de su estructura industrial, y nunca se le compensó y se le dejó a la deriva. Desde que se implantó el sistema económico que impera en Chile actualmente, allá por los mediados de los 70, comenzó el declive de la otrora pujante Arica. Con el nuevo modelo económico que permitía las importaciones con un dólar fijado en $39, la ciudad de Arica no encajó en ese nuevo esquema, pues la razón de la vigorosa pujanza económica de Arica obedecía a la industrialización fomentada desde el estado -el crecimiento desde adentro que llaman los economistas- que se materializaba con la implementación de industrias electrónica, metalmecánica, automotriz, textil...etc. etc. que generaba una gran demanda de mano de obra que atrajo a migrantes de otras zonas del país y del extranjero.
En este nuevo contexto económico era inviable la existencia de una industria nacional que tenía que competir con productos importados japoneses de más bajo costo. No obstante de ese golpe para la ciudad de Arica, no se tuvo contemplaciones con esta hermosa ciudad, y se privelegió a su vecina Iquique al ser designada como zona franca. Fue un daño brutal a la economía ariqueña durante la dictadura, y lo lógico era instalar la zona franca en la ciudad de la eterna primavera y no en Iquique.
Arica tiene muchas potencialidades en agricultura, turismo, servicios, comercio, piscicultura, acuicultura y minería, pero ésta última se vé limitada por el tema del daño ecológico, que creo sería obviado si se descubriera un gran yacimento de cobre, oro o plata. También se ha estado desarrollando la industria de la semilla que se avizora con buenas perspectivas.
En el valle de Azapa si hubiera más agua podría ser más provechosa la utilización de esas tierras.
En relación al turismo, Arica es bastante atractiva para los bolivianos y los peruanos, aunque los visitantes del vecino país del norte tienen muy poco poder adquisitivo, tanto así que son muchos los peruanos que van a trabajar a Arica. Ojalá que en un futuro cercano el Perú logre crecer más y pueda equilibrar a la economía chilena para gran beneficio de mi querida ciudad. O también algún día se establezca una moneda única como el euro en Europa.
Para los chilenos también es muy atractiva Arica, pero existe el problema de la distancia, de otro modo la gente preferiría a la ciudad de la eterna primavera en vez de La Serena, por ejemplo, como lugar de destino turístico.
Arica también es un lugar muy apetecido por la tercera edad, que en un futuro cercano serán una gran cantidad en Chile, es decir, una demanda creciente con potenciales turistas de este segmento etario,que podría ser aprovechado siempre y cuando se implemente una infraestructura destinada al turismo de la tercera edad.
La posición geográfica de Arica siempre se ha caracterizado por ser un punto importante para el comercio de Bolivia. Este país ha manifestado su histórica salida al mar por el norte de Arica, idea que cada vez toma más fuerza para la solución de la mediterraneidad boliviana. Este tema debería ser analizado desde todas las perspectiva, y si en al evaluación hay un saldo favorable para el progreso definitvo de Arica, no hay que desestimar esa opción.
Hubo un tiempo que se habló con mucha profusión de un proyecto que significaba la licuefacción del gas boliviano que iría a Estado Unidos, y Arica aparecía como un lugar factible para desarrollar ese proyecto. Lamentablemente decisiones políticas de los gobiernos de Bolivia abortaron dichas inversiones.
En síntesis, lo que corresponde al Estado es compensar o buscar herramientas que permitan levantarse a la ciudad de Arica teniendo en cuenta su importancia geopolítica imperativa en la soberanía territorial.
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